Fútbol
El Atlético pierde su esencia
El juego ha mejorado en los últimos partidos, pero muestra una fragilidad impropia del equipo del Cholo.
El juego ha mejorado en los últimos partidos, pero muestra una fragilidad impropia del equipo del Cholo.
Prefiero jugar mal y ganar», decía Simeone después de que el Atlético fuera eliminado de la Copa por el Girona. Como si jugar bien hubiera sido el motivo de la eliminación. En realidad, lo que sucede es que el Atlético no fue capaz de hacer más cosas con el balón sin dejar de hacer las que hacía sin él. Durante años, el Atlético se ha asentado en una defensa fuerte, un muro que terminaba en un portero sólido –antes Courtois y ahora Oblak–. Seguro en el fondo, necesitaba poco arriba para llevarse los partidos. Un gol de Griezmann, por ejemplo, era suficiente.
Pero no basta ahora con el francés. Al Atlético le cuesta marcar, como demostró el domingo pasado contra el Levante en Liga. Sólo pudo hacerlo Griezmann de penalti. Pero, además, le cuesta defender. Morales estuvo a punto de marcar el empate en los últimos minutos el pasado domingo en Liga, sin ir más lejos. La especialidad del Atlético en los últimos años ha sido defender resultados, pero ahora le cuesta. Se mostró frágil contra el Levante y mucho más contra el Girona. Se le escapó la eliminatoria en los últimos minutos. En el 84 estaba clasificado con el gol de Griezmann y un instante después estaba eliminado. Los números dicen que el Atlético no encaja muchos más goles que otros años. Ha recibido trece hasta el momento en la Liga –el año pasado eran ocho a estas alturas– pero los números son muy similares a los de temporadas anteriores. El problema es que da la sensación de ser más vulnerable que en cualquier otro momento con el Cholo en el banquillo rojiblanco.
Porque ya antes, con el 4-0 que recibió contra el Dortmund en la Champions, se desvelaron las debilidades del Atlético. La sensación fue parecida a la del partido contra el Girona. El resultado fue demasiado escandaloso para los méritos de los dos equipos. Durante muchos minutos, el Atlético estuvo en condiciones al menos de igualar el encuentro. Pero no supo contener al Dortmund en los contraataques.
No es la primera vez que Simeone intenta hacer que el equipo juegue más al fútbol. Lo intentó hace unos años sacrificando a Gabi para que Koke jugara en el centro del campo. Pero no le convenció el experimento. Ahora mantiene la idea de que la pareja de mediocentros que mejor podría hacer jugar al equipo es la que forman Koke y Rodrigo, pero también es la más frágil.
«El Girona hizo un buen partido. No se le pueden quitar méritos a un equipo que compitió muy bien en la ida, que entendió que había que defender para no encajar goles que complicaran el partido de vuelta. Felicitarle. Y nosotros, a mejorar y aprender de los errores», explicaba Simeone tras el empate ante el equipo catalán. Al Atlético le cuesta enfrentarse a equipos que le hacen de espejo, que se hacen fuertes en defensa sin espacio para correr y son capaces de aprovechar cualquier ocasión.
El problema se multiplica cuando el equipo no encuentra el gol. Y ahora, le resulta más complicado sin Diego Costa en el campo. Con el internacional lesionado, el Atlético sigue necesitando un «9».
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