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El chiringuito de Pedrerol: La sonrisa de Del Bosque

Si reacciona y enmienda sus errores, avanzaremos. Hay que recuperar el fútbol alegre y el toque, pero llegando a portería

El chiringuito de Pedrerol: La sonrisa de Del Bosque
El chiringuito de Pedrerol: La sonrisa de Del Bosquelarazon

El fracaso en el Mundial ha afectado sobremanera a Del Bosque. Muy acostumbrado a saborear el éxito y menos a recibir palos, a Vicente se le ve tenso, irascible y con miedo al qué dirán. No ha habido autocrítica tras la peor participación de España en la fase final de un Campeonato del Mundo. Ninguna. Da la sensación de que se siente atacado por todos, aunque varios medios sigan disculpándoselo todo. Ellos sabrán.

Enderezar el rumbo

En lo deportivo, Del Bosque no supo reaccionar a la primera y sonrojante derrota ante Holanda y se mostró hundido, sin recursos para enderezar el rumbo del equipo y con un bajón anímico que sorprendió a la expedición. La aportación de Diego Costa, su gran apuesta, ha sido nula hasta el momento. El míster no debe someter a la Selección al ariete del Chelsea. Todo lo contrario: es el hispano-brasileño quien debe adaptarse al equipo. La obsesión de Vicente por incluirle en la lista del Mundial sorprendió al propio grupo, acostumbrado a ganar sin necesidad de refuerzos, para algunos, innecesarios.

Demasiados borrones

Casillas intentó levantar el ánimo de sus compañeros durante la competición, pero bastante tenía el pobre con animarse a sí mismo tras una racha para olvidar. Cesc escenificó la relación rota entre los jugadores y el entrenador. Se sintió maltratado durante el campeonato y acabó con un desplante televisado. Algunos, como Xavi Hernández, han dicho adiós dando un portazo: no perdonó a Del Bosque que le señalase dejándole fuera contra Chile en el segundo partido. Villa tampoco entendió la falta de sensibilidad del seleccionador al sustituirle el día de su despedida contra Australia. A Alonso, que denunció el pasotismo y la falta de hambre del vestuario, le intentaron tapar la boca. Mientras, todos se han callado. Aunque tiene fama de ser un buen gestor humano, Del Bosque perdió control y autoridad sobre sus futbolistas. Algunos pasaron de todo, más atentos al móvil que a las charlas; más preocupados por los ordenadores y los videojuegos que por el fútbol. Son muchos borrones. Demasiados.

No más dejadez

Con todo, el seleccionador se ha visto con fuerzas para cambiar esta dinámica tan negativa. Comandará la nueva etapa que empieza la Selección y tiene la obligación de actuar con mano firme, sin permitir que se repitan situaciones de dejadez como las vividas en Brasil. Ante Francia, Del Bosque puso a David de Gea en la portería para evitarle a Casillas una situación comprometida. Otro error de Iker habría abierto un nuevo debate imparable sobre la portería y sabía que «Les Bleus» no eran precisamente un regalo para el capitán, que no pasa por su mejor momento de confianza. Hoy, ante Macedonia, sí será titular.

Reconquistar la alegría

España debe recuperar el fútbol alegre. De toque, sí. Pero con llegada. Tirando entre los tres palos, algo que no se hizo contra el conjunto galo. Y respetando la esencia que nos hizo campeones de todo. Si Del Bosque reacciona y enmienda sus errores, avanzaremos. Pero si no acepta la crítica y sigue viendo fantasmas alrededor, tendremos un problema. No es tan difícil. La Selección debe recuperar el estilo y Del Bosque, la sonrisa.