Mundial 2014
El Chiringuito de Pedrerol: Más samba, menos Scolari
La traición es mucho peor que el fracaso. Y Scolari no sólo ha fracasado: también ha traicionado a todo un país. Porque Brasil es alegría. Es diversión. Es «Jogo bonito».
La traición es mucho peor que el fracaso. Y Scolari no sólo ha fracasado: también ha traicionado a todo un país. Porque Brasil es alegría. Es diversión. Es samba. Es «Jogo bonito». Es una calle llena de niños jugando con una pelota desinflada. O la playa de Copacabana con porterías de fútbol por todas partes. Va con su forma de ser, de vivir y de sentir. Pero lo que se ha visto en este campeonato no era Brasil. Era una farsa de equipo. Felipao ha roto con las señas de identidad de un pueblo para apostar por un fútbol ramplón y cobarde. Para cambiar el toque por los tacos.
Miranda, Filipe Luis, Lucas Moura
A Scolari le llueven palos por todas partes. Ex futbolistas como Carlos Alberto, capitán de la «canarinha» en 1970; agentes como Wagner Ribeiro, la prensa... todos señalan a un seleccionador incapaz de comandar a Brasil en su Mundial. Scolari fio todo a un equipo con más físico que fútbol y se encomendó al liderazgo de Thiago Silva en el vestuario y la imaginación de Neymar en el campo. Pero cuando faltaron los dos, se descubrió la mentira. No había recambios de garantías. No había juego. No había nada. En su lista no estaban Miranda, Filipe Luis o Lucas Moura porque el plan del seleccionador brasileño ha sido un despropósito desde el primer día. No vale con que diga que es el responsable de todo. Son sólo palabras. Por dignidad se tiene que marchar, aunque en el fútbol ya se puede ver de todo. No hay que irse muy lejos.
Burlas, quejas y desprecios
Scolari también se burló de España, y el pueblo le siguió con pitos y mofas a nuestra selección. Ahora le llegan las risas de vuelta. Porque su comportamiento tampoco ha sido ningún ejemplo. Después de que le regalaran la victoria en el partido inaugural ante Croacia, todavía tuvo la desfachatez de quejarse de los arbitrajes. Y a Diego Costa lo dejó a los pies de los caballos con sus declaraciones. Si el delantero hubiera puesto un pie en las calles de su país, le podían haber linchado por la irresponsabilidad del técnico brasileño. Mejor nos hubiera ido a todos si no hubiera pasado de Costa.
Demasiadas lágrimas
Tampoco pudo ejercer de líder de los 23. Necesitó tirar de una corte de psicólogos para que el grupo no se hundiera mentalmente. Y también fracasó en eso. La presión es muy normal cuando eres Brasil y juegas el Campeonato del Mundo en tu casa. Pero en las caras de sus jugadores lo que se veía no era tensión. Era miedo. Futbolistas llorando con el himno, durante los partidos, en zona mixta... llantos a todas horas, inexplicables en un equipo superado por la situación.
Neymar evitó el rodillo alemán
¿Y Neymar? Con sólo 22 años, Scolari le colocó el peso de 200 millones de compatriotas sobre su espalda. No podemos saber si Brasil hubiera sido aplastada por el rodillo alemán con el crack brasileño en el campo. Posiblemente sí. Pero al menos el rodillazo de Zúñiga le evitó salir en la foto de la vergüenza. Neymar no quedó retratado en el día más negro de la «canarinha». La mayor humillación de la historia del fútbol lleva la firma de Luiz Felipe Scolari.
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