Tour de Francia
El día que esperaba Froome
Los 40 kilómetros contrarreloj de hoy en Logroño pueden rematar la carrera para el británico del Sky.
Los 40 kilómetros contrarreloj de hoy en Logroño pueden rematar la carrera para el británico del Sky.
Chris Froome tiene marcada desde el comienzo la etapa de hoy como el momento en que decidir la Vuelta. 40 kilómetros no exactamente llanos de contrarreloj que deben servirle para liquidar a sus adversarios. Tiene al segundo, Nibali, a 1:01 y al tercero, Zakarin, a 2:08. Ventaja suficiente como para que el resto de la carrera pueda dedicarse a controlar a sus rivales. La única duda es si le bastará con vigilar a Nibali y a Contador, como hasta ahora, o tendrá que tener un ojo en el colombiano Miguel Ángel López. «Es valiente y le puede hacer daño», analiza Alberto.
«Está fortísimo y la crono le va a la perfección. Es muy dura, de toboganes en los que mantienes la posición», explica Contador. Froome es el favorito para la etapa y para la general. Si sale de la contrarreloj con una buena ventaja, le puede bastar el trabajo de su equipo para llegar así hasta Madrid. Moscon, Nieve y Poels se han repartido el trabajo en la Vuelta. El italiano se ocupó de marcar un ritmo infernal en las primeras etapas, una cadencia que el propio Froome reconocía que le costaba trabajo seguir. Nieve y Poels se han ocupado de los kilómetros finales en las etapas más comprometidas.
El británico se esfuerza por elogiar en cada momento el trabajo de sus compañeros. Quizá por contraste con lo sucedido el año pasado, cuando se sintió solo camino de Formigal mientras la mayoría de los miembros de su equipo llegaba a la meta fuera de control. Este año ha conseguido dominar la carrera hasta el día en que el trabajo le corresponde a él solo, la contrarreloj de hoy.
Para Froome es la oportunidad de cerrar su primera victoria en la Vuelta, una carrera de la que se declara enamorado. Para Contador, es su despedida. «Va a ser el último apretón gordo que me voy a pegar en contrarreloj. Es una disciplina en la que siempre he trabajado para conseguir victorias en carreras de tres semanas. Antes podías sacar más rendimiento y ser más competitivo en ciertos trazados de contrarreloj en los cuales ahora es más complicado serlo. Los pequeños detalles, que tenían una influencia muy grande. Ahora cada vez se invierte más dinero en el túnel viento, en trabajar la posición, en las bicicletas, en materiales. Eso hace que en una crono llana sea difícil competir contra especialistas puros, si no me meten un puerto de por medio me resulta complicado. Va a ser una crono en la cual va a haber bastantes diferencias», dice el ciclista español.
Grandes diferencias que pueden dejar la pelea sólo en los puestos de podium. El rojo debe ser de Froome.
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