Champions League

Real Madrid

El sello de Marcelo

Marcelo marcó el gol del empate antes del descanso con un tiro desde fuera del área
Marcelo marcó el gol del empate antes del descanso con un tiro desde fuera del árealarazon

Marcelo fue a buscar una pelota a la que no podía llegar y dejó libre su pasillo izquierdo. Sacó rápido el Bayern y por allí llegó el primer tanto del partido. Un «error» del brasileño, que es un defensa con alma de delantero. Un verso libre. Sus subidas son un riesgo que se asume, porque a cambio aporta mucho, muchísimo. Por ejemplo, cuando el equipo está atascado en la creación, todas las pelotas van a Marcelo para que empiece la jugada. Es clarividente. Lo hace fácil, pero efectivo. O por ejemplo, cuando su equipo está pasando un mal momento, o cuando está lanzado, siempre puede sumarse al ataque y marcar. Lo ha hecho en todas las eliminatorias de la presente Liga de Campeones. Contra el PSG en los octavos, todo el arreón final del Madrid llegó por el lado zurdo, con Marcelo y con la entrada de Asensio, y el brasileño logró el 3-1 que dejaba el partido de vuelta claro.

En cuartos tocó la Juve y después de la exhibición goleadora de Cristiano Ronaldo, Marcelo dejó su marca con un tanto espectacular, llevándose el balón por encima de Buffon para resolver. Ayer, apretaba el Bayern Múnich al Madrid. Ya había conseguido un gol («el de Marcelo») el conjunto bávaro, y tuvo algunas ocasiones para lograr más. Quizá la lesión de Robben fue un alivio para el defensa izquierdo blanco. Un problema menos del que preocuparse, ya que Müller, que aparecía por ese lado con la marcha del holandés, es menos encarador y regateador. Le dejaba un poco de vía libre para poder subir, aunque él se atreve tenga quien tenga delante. Y casi en la única llegada del Madrid en ese momento crítico... Marcelo. Un centro desde la derecha con la cabeza, un amago de chilena de Cristiano, que esta vez no se atrevió hacerla, y al borde del área, algo centrado, enganchó el brasileño un remate cruzado que superó la estirada de Ulreich. Un gol para pedir perdón por su despiste anterior. Un gol que cambió el duelo, porque no era lo mismo afrontar la segunda parte con el marcador en contra que con un empate que le permitía elegir entre jugar al ataque o ser más precavido y buscar la contra. Y así, en una transición, llegó el segundo tanto, el de la victoria, una más en un campo que históricamente era un infierno. Tres veces ha ganado el Madrid en Múnich, las tres seguidas en las tres últimas visitas.