Atlético de Madrid
Real Madrid y Atlético se anulan (0-0)
Más intenso que bueno, más disputado que disfrutado, el derbi dejó un empate que no disgustó a ninguno de los dos. Ni el Real Madrid fue capaz de terminar con claridad el dominio territorial que tuvo en el choque ni el Atlético supo llegar a Courtois.
El equipo de Zidane termina lo que por un momento se temió como una semana de martirio por encima del Atlético y del Barcelona y, sobre todo, con la sensación de que, ahora sí, este equipo está listo para competir con quien sea, todos unidos en defensa. Es un grupo serio y listo para cualquier batalla. Y los de Simeone consiguen mantener cerca a los blancos. Los dos equipos se anularon en un partido que no quedará como uno de los mejores derbis.Sí que lo tuvieron más cerca los de Zidane, ya en la segunda mitad, con un remate de Benzema que sacó Oblak en una parada fantástica, que dio la vida a los suyos cuando peor lo veían. El remate del francés, que se ha especializado en eso, fue bueno, abajo, lo más lejos posible del guardameta rival, pero Oblak voló para evitar lo que parecía inevitable. Sin embargo, no terminó el Real Madrid de encontrar el modo de llegar con claridad al área rival. Bale, otra vez muy concentrado, y Hazard eran casi dos extremos, porque les era imposible trazar diagones y el equipo blanco no conseguía poblar el área. El dominio acababa al borde del área rival.
El Atlético lo intentó al principio con las carreras de Joao Félix, auque según fueron pasando los minutos se sintió inferior al rival y se contentó con sacar un punto y mirar de lejos a Courtois. Tercer partido consecutivo que termina sin que el Real Madrid reciba un gol. No es un éxito menor para un equipo que defendía como quien va a suicidarse. Ahora, en cambio, es una barrera infranqueable. El tono del choque que se esperaba lo marcó la alineación de Valverde en el once titular de Zidane. El puesto de acompañante de Kroos y Casemiro había sido James, que está en un bueno momento de forma, pero el entrenador francés sabía que el centro del campo iba a ser una guerra de músculo que no podía perder. No lo hizo. Valverde cumplió con su papel de dar consistencia al equipo y acompañar a Kroos y Casemiro, que se están marcando un comienzo de temporada espectacular. El brasileño roba balones como rutina y el alemán ha vuelto a encontrar la brújula que extravió la pasada campaña. Fue él quien más remató durante la primera parte, desde lejos, porque la doble línea rojiblanca no dejaba ni un resquicio.
Tras los tanteos iniciales, cada equipo tomó el papel que luego no abandonaría. El Madrid con la posesión y el Atlético con los espacios. Al mando de las operaciones, Thomas, que puede que no se equivocase ni una vez durante todo el choque: dirigió, mandó, ordenó y en torno a él se movió todo el equipo de Simeone.
Llorente, el fichaje que se suponía que había llegado para hacer eso, veía la lección de su compañero en el banquillo. Saldría después, sin poder aportar nada distinto. Los cambios de Simeone no consiguieron cambiar la dinámica del choque, con Saúl acabando el encuentro como lateral izquierdo.Nunca terminó de despegar el partido, con los dos equipos temiéndose y respetándose, con el calor apretando según pasaban los minutos y con cada vez menos soluciones. Zidane se guardó para el final a Modric y a James, para ver si con el cansancio rival, el talento podía decidir, pero el Atlético ya estaba seguro atrás.
Le había asustado un poco una llegada de Bale, tras una jugada de Nacho por el otro lado y el remate de Benzema de cabeza que sacó Obla, pero nada más. El derbi acabó en blanco.
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