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¿Es el final de la carrera deportiva de Iker Casillas?

Dependerá del alcance de la lesión cardiaca que ha sufrido pero es probable que no pueda volver a la práctica del fútbol de alto nivel

Iker Casillas, durante una sesión de entrenamientos en el estadio de Anfield, Liverpool. EFE/ Peter Powell
Iker Casillas, durante una sesión de entrenamientos en el estadio de Anfield, Liverpool. EFE/ Peter Powelllarazon

Dependerá del alcance de la lesión cardiaca que ha sufrido pero es probable que no pueda volver a la práctica del fútbol de alto nivel.

Aunque se desconoce aún el alcance de la lesión cardíaca que ha sufrido el actual portero del Oporto y exguardameta del Real Madrid y de la Selección Española, Iker Casillas, sí que flota en el ambiente la posibilidad de que el mundo del deporte de alta competición haya acabado para él.

A punto de cumplir 38 años (nació el 20 de mayo de 1981), en la recta final de su carrera deportiva, la gravedad de su lesión será la que marca su futuro, pero en el mundo de la medicina son muchas las voces que desaconsejan seguir practicando e fútbol a nivel profesional.

De hecho, Iker Casillas ha tenido más suerte que otros futbolistas que murieron tras sufrir un infarto, como es el caso de los españoles Antonio Puerta o Daniel Jarque o Marc-Vivien Foe, Christian Chucho Benítez...

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Un caso conocido fue el del también madridista Ruben de la Red, que tuvo que retirarse de la práctica del fútbol a los 25 años de edad debido a una enfermedad cardíaca aun sin diagnosticar. El jugador cayó desplomado durante un partido del Real Madrid en 2008 y, tras ser ingresado y recibir el alta al día siguiente. Tras numerosas pruebas, el club anunciaba la baja definitiva del jugador ya que los médicos no garantizaban que pudiera seguir jugando sin sufrir ningún percance.

Otros casos fueron el de Almunia y, sobre todo, el de Thuram, campeón del Mundo con Francia, que dejó el fútbol tras detecarse que tenía el corazón dilatado en un reconocimiento médico, con 36 años, cuando iba a fichar por el PSG.

Sin embargo, otros jugadores como Sergio Sánchez, Miguel de las Cuevas, Cassano, Khalilou Fadiga o Nwankwo Kanu pudieron seguir jugando al más alto nivel tras sufrir distintas afecciones cardiacas.

A otro nivel, pero hace apenas una semana un jugador de la liga semiprofesional de Swazilandia moría de un infarto sobre el terreno de juego con solo 28 años después de que los médicos le detectaran una dolencia cardiaca y le recomendaran dejar el fútbol.

Según la Fundación Española del Corazón, el deporte más beneficioso tras haber sufrido una lesión cardíaca es el llamado aeróbico: caminar, correr, pedalear en bicicleta y nadar.

“En este tipo de actividades se movilizan muchos músculos. Mientras que el ejercicio estático o anaeróbico (como el levantamiento de pesas) tiene menos efectos positivos para el corazón y puede resultar peligroso si no se hace de forma controlada”, explican.

Aunque los cardiólogos no solo no contraindican el ejercicio físico a los pacientes que han sufrido un infarto, sino que lo aconsejan, todo depende de lo grave que haya sido el infarto; de cómo se encuentra la función ventricular izquierda, es decir, la fuerza de bombeo del corazón; y de si aún quedan algunas arterias coronarias obstruidas, lo que se llama isquemia residual.

Por ello, según la Fundación Española del Corazón (FEC), “si su corazón después del infarto tiene una fuerza de bombeo normal y tiene ‘abiertas’ todas las arterias de su corazón, no existe contraindicación para la realización de ejercicio físico”.

Lo ideal es empezar con media hora diaria de ejercicio físico moderado, como puede ser caminar, y evitar las actividades competitivas. Pero lo mejor es consultar al médico antes de lanzarse a hacer deporte.

Además, la vuelta a la práctica deportiva tras un infarto siempre es lenta y progresiva. Así, “la actividad debe hacerse de forma progresiva, sin esforzarse demasiado. Tras el primer mes, el médico podría autorizar correr, practicar natación y bicicleta estática, siempre con la frecuencia cardiaca bajo vigilancia”.

Aunque son casos raros los infartos y paros cardiacos en pruebas deportivas, aproximadamente 2 de cada 100.000 atletas entre las edades de 12 y 35 años sufren una parada cardiaca cada año.

Además, en el caso de personas de más de 35 años el riesgo aumenta y es que cuanto mayor es el nivel de ejercicio, el ventrículo derecho sufre una mayor dilatación a causa de ese exceso de sobrecarga.