Cargando...

Selección Española

David no lee nada de lo que se publica

Lo que más le preocupaba era la reacción de la familia, que le mostró su apoyo enseguida

De Gea, con Casillas y Sergio Rico, en un entrenamiento larazon

Lo que más le preocupaba era la reacción de la familia, que le mostró su apoyo enseguida

David de Gea era el más tranquilo de todos cuando el viernes estalló el escándalo en la concentración de la Selección española. Lo primero que hizo fue llamar a su familia. Le preocupaba cómo podía afectarles y recibió de manera inmediata el apoyo de todos. El mismo que ha recibido por parte de sus compañeros. Piqué y Jordi Alba le acompañaron hasta la sala de prensa y esperaron detrás de un panel dándole ánimos. Piqué, incluso se ofreció a salir con él ante los medios. Pero David no necesitaba ayuda. La Federación tenía dudas de que fuera lo más conveniente salir ante la Prensa a dar explicaciones. Quería protegerlo, pero él fue el primero que quiso defenderse públicamente. La agencia que le lleva los asuntos de comunicación, la misma que César Azpilicueta, uno de sus mejores amigos en la Selección, también quiso que hablara. Lo veían seguro, sin dudar, y después de consensuarlo con su representante, Jorge Mendes, con su abogado y con la Federación, decidieron que era lo mejor. Sergio Ramos también lo apoyaba. Habló con él en el hotel y le felicitó por haber salido a dar la cara. En la sala de prensa su tranquilidad contrastaba con las caras de algunos miembros de la Federación y sobre todo con la temblorosa voz de Aduriz y Bellerín, los novatos que tuvieron que salir a atender a los medios cuando todos los enviados especiales esperaban a De Gea. La Federación trataba de dar sensación de normalidad en una jornada para nada rutinaria. Y el que más sensación de normalidad dio fue el portero.

En su entorno aseguran que ha madurado mucho en los últimos dos años en Manchester. Si esta situación se hubiera dado cuando empezaba a discutirle la portería de la Selección a Casillas es posible que el asunto se hubiera resuelto con un comunicado. Pero De Gea quería en todo momento dar su versión de la historia.

Después, David se aisló mediáticamente. Ha preferido no leer nada de lo que se publica sobre el asunto. Tampoco mira Twitter ni otras redes sociales. Está concentrado exclusivamente en su trabajo. Por eso, la rabia que le pueda generar la polémica procura combatirla entrenando. Sus compañeros aseguran que no han notado nada extraño en él sobre el césped. Entrena con la misma atención y, si es posible, con más ganas que antes.

Su comparecencia ha ayudado a sus compañeros a recuperar la rutina. Y él, no parece haberse inmutado demasiado. Los que mejor le conocen aseguran que durmió perfectamente, sin sobresaltos. Asegura De Gea que es «un chico tranquilo» y los hechos lo demuestran. Su único objetivo ahora es ser el portero titular mañana contra la República Checa en Toulouse.