Diferencias

¿En qué es superior Aston Martin a Alpine?

Fernando Alonso firma un contrato por la escudería británica para 2023 que puede ir renovando año a año

Fernando Alonso, con Sebastian Vettel, el piloto al que va a sustituir en Aston Martin
Fernando Alonso, con Sebastian Vettel, el piloto al que va a sustituir en Aston MartinALI HAIDERAgencia EFE

Hace dos cursos, Renault anunció a lo grande el regreso de Fernando Alonso a la F-1. Era el mes de junio de 2020 y el asturiano, después de dos años lejos de la categoría reina volvía al Mundial. En el camino había ganado en dos ocasiones las 24 horas de Le Mans, se proclamó campeón del mundo de Resistencia, venció en Daytona y hasta probó en el Dakar. El objetivo, decía, era volver a estar arriba, luchar por el tercer título, aunque en el fondo, el propio Alonso y casi todos en la F-1 sabían que era poco menos que imposible. La razón para soñar era aprovechar la incertidumbre que podía generar la nueva reglamentación, que siempre ha generado sorpresas. Pero la realidad fue otra. La única sorpresa fue la de Ferrari con un coche más o menos competitivo y el hecho de que el dominador de los últimos años, Mercedes, no tuviera un monoplaza competitivo desde el principio. Ahora sí lo tiene. Renault, convertida en Alpine para aprovechar el relanzamiento de la marca de deportivos heredó una situación complicada en la que el presupuesto no era el que esperaba Alonso y a nivel técnico, tampoco había lo que deseaba. Las expectativas fueron muy altas y los resultados no llegaron ni en 2021 ni en lo que va de 2022. El coche no está entre los mejores y todo se agravó con lo que se denominó «El Plan». El lema emocionó a muchos aficionados sin demasiado fundamento. Era poco más que un simple deseo en voz alta.

Alonso firmó por dos años con Alpine y cuando llegó la hora de renovar se encontró con un ambiente tenso y lejos de lo que debía ser una negociación fácil para él. Alpine tiene a Esteban Ocon como titular, un francés rescatado de la cantera de Mercedes que se ha mostrado siempre muy rápido y al que extendieron el contrato más allá de 2024. El otro asiento vacante estaba destinado a Alonso, pero había un problema.

Alpine fichó hace años a Oscar Piastri, una de las mayores promesas de la F-1 y que lo ha ganado todo en categorías inferiores en sus primeras participaciones. Un genio que hay que pulir y cuyo contrato acaba en 2022 si no lo suben a un monoplaza. Las cuentas eran fáciles. El futuro es Piastri con apenas 20 años, mientras que Alonso, con 41, es el presente con un coche que ya no da más de sí. Alpine cree que tendrá un coche para ganar dentro de pocos años y para entonces prefiere forjar a Piastri antes que tener a Alonso. Es decir, repetir la operación que hicieron con él en los años 2002, 2003 y 2004 hasta convertirlo en bicampeón del mundo.

Con este panorama y sabiendo que se trata de su último contrato, Alonso confirmó su fichaje por Aston Martin, un equipo con un nombre mítico que, sin embargo, no está a la altura de una marca icónica como la británica. Es propiedad de Lawrence Stroll, un multimillonario canadiense que pagó la deuda de la escudería anterior, Force India (Racing Point después) y que convenció a los accionistas de la marca de superdeportivos para dar nombre a la escudería de F-1. De hecho, Stroll es uno de los mayores accionistas de la compañía. Su hijo, Lance, es el otro piloto de Aston Martin junto a Vettel, que anunció su retirada la pasada semana y será Alonso quien le sustituya.

«Todavía tengo el hambre y la ambición de luchar en los primeros puestos, y quiero ser parte de una organización que esté comprometida a aprender, crecer y tener éxito. Mi intención es ganar otra vez en este deporte, y por eso tengo que tomar la oportunidad que sienta que es correcta para mí», aseguró Alonso en el comunicado en el que se anuncia su fichaje.

La contratación se ha fraguado gracias a la intervención de Martin Whitmarsh, ex jefe de McLaren al que Alonso conoce desde hace mucho tiempo y que ahora ejerce de director general. Aston Martin ocupa la penúltima posición en el Mundial de Constructores y no es una escudería para ganar. Es un tremendo paso atrás a pesar de que la escudería monta motores Mercedes y ha realizado una serie de fichajes a nivel de ingeniería procedentes, sobre todo, de Red Bull. Pero los milagros en la F-1 no existen. Alonso buscaba un último gran contrato y lo ha encontrado.