Fernando Alonso

«Esto es vergonzoso»

Alonso abandonó por un presunto fallo de potencia en el coche y «explotó» ante la falta de prestaciones del motor. Realizó una gran salida, pero la escasa velocidad punta del monoplaza le desesperó

La Razón
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Alonso abandonó por un presunto fallo de potencia en el coche y «explotó» ante la falta de prestaciones del motor. Realizó una gran salida, pero la escasa velocidad punta del monoplaza le desesperó.

La situación de Fernando Alonso en la Fórmula 1 y en McLaren-Honda empieza a resultar insostenible. Pocas veces este deporte ha vivido algo parecido, es decir, tener un piloto en parrilla de salida con tanto talento y que éste sea desaprovechado en la cola del pelotón de la manera más miserable. Porque Alonso no ha perdido la voracidad, la ambición y la superclase que tiene a los mandos de un coche. Pero como dijo hace poco a la Prensa inglesa Niki Lauda (en la actualidad asesor de Mercedes): «Está donde quiere estar, donde él ha querido. Gana mucho dinero en McLaren, no pudo ir a otro sitio. Ahora lloriquear sobre el motor es demasiado fácil». Efectivamente, él eligió ir a la escudería inglesa para afrontar nuevos retos, que quizá Ferrari ya no podía ofrecerle, y el proyecto de Honda como suministrador de motores de McLaren por el que apostó ha resultado un fracaso. Sí, Alonso gana 100.000 euros al día, pero ni siquiera eso puede consolar a un campeón como él. En el Gran Premio de Bélgica volvió a sufrir el pobre rendimiento de la unidad de potencia de Honda. Protagonizó una gran salida, hizo uno de los mejores adelantamientos de la carrera, sin embargo, conforme los rivales iban «cogiendo tono» su coche hacía lo contrario. En las eternas rectas del circuito de Spa-Francorchamps el McLaren no podía hacer nada cuando se trataba de alcanzar la máxima velocidad. Eso terminó por desesperarle; poco a poco fue cayendo en la clasificación, desde la octava a la decimocuarta plaza, en apenas 20 vueltas. Las conversaciones por radio con sus ingenieros lo dicen todo: «Esto es vergonzoso», se quejaba cuando decía a los miembros de su escudería que era imposible luchar contra los demás con semejante escasez de potencia. Es cierto que el trazado belga es muy especial, ya que necesita un compromiso muy grande entre velocidad punta y agarre en la zona de curvas, y, como era de esperar, en McLaren optaron por favorecer la configuración del coche para ganar tiempo en la zona virada. La apuesta no salió mal el sábado, cuando Alonso alcanzó la undécima plaza en parrilla de salida. Pero, claro, al día siguiente, con el depósito de combustible lleno y el motor no tan «apretado» para favorecer la fiabilidad, el resultado fue espantoso. Las quejas continuaron. Los ingenieros apabullaban al español con múltiples mensajes para intentar mejorar el rendimiento del coche, algo que a Alonso le parecía ridículo. En un momento dado incluso pidió a su equipo que no le llamara más por la radio. Llegó a decir que su carrera, con ese coche, más bien parecía un entrenamiento.

En la historia de la Fórmula 1 nunca un fabricante de coches ha sufrido un fracaso tan descomunal como el de Honda desde que regreó en 2014. El motor no sólo no corre, sino que, además, no es fiable. En dos temporadas y media que el español lleva con Honda ha firmado 18 abandonos, los mismos que en las 10 temporadas anteriores con Ferrari y Renault mayoritariamente.

A falta de 18 vueltas para el final, Alonso abandonó. Dijo haber sentido algo extraño en el motor, falta de potencia, y por eso pasó por boxes antes de tiempo. Sin embargo, en los primeros análisis de Honda y McLaren no advirtieron nada extraño en el motor. En el «paddock» del circuito se rumoreó que Alonso decidió retirarse debido a las escasas prestaciones del coche, por la impotencia generada por no tener armas con las que defenderse, y no porque hubiera algún problema técnico.

Alonso es esclavo de sus decisiones y desde 2007 sus apuestas han resultado un fracaso. Lo de Honda se veía venir, y desde antes de 2014 se rumoreaba en los ambientes de los ingenieros de la Fórmula 1 que algo no iba bien en el proyecto de Honda. Su futuro está fuera de esta escudería a menos que McLaren rompa con el fabricante japonés. Williams o Renault podrían abrirle la puerta en 2018, aunque no es la opción prioritaria de estos equipos.