Tenis

La frase que soltó Alcaraz a su palco nada más lesionarse

Carlitos fue consciente nada más sufrir los calambres que no podía plantar cara al serbio

  • La jugada de Alcaraz para ver una y otra vez: se inventa un golpe que no existe y Djokovic sólo puede aplaudir
  • El físico traiciona a Alcaraz, que pierde con Djokovic y se queda sin final de Roland Garros
Alcaraz acabó tocado la semifinal ante Djokovic
Alcaraz acabó tocado la semifinal ante DjokovicASSOCIATED PRESSAgencia AP

Un drama. Eso fue la semifinal de Carlos Alcaraz ante Novak Djokovic. Lo que iba a ser el partido del año se convirtió en una pesadilla para el español a partir del tercer set. Los dos primeros sets habían respondido a las expectativas y el encuentro estaba equilibrado. Djokovic comenzó rozando la perfección, apenas cometió errores y logró apuntarse el primer parcial por 6-3. La respuesta de Carlitos estuvo a la altura de las circunstancias. Miró a los ojos al serbio y fue capaz de superar a la mejor versión del balcánico. Tuvo oportunidades para cerrar el segundo set que no pudo aprovechar, pero siguió insistiendo y fue capaz de igualar el partido. Lo peor estaba por llegar...

En el arranque del tercer set y con Nole al servicio, Alcaraz comenzó a hacer gestos extraños con la mano derecha. Se colocó para restar y estampó el servicio de Djokovic en la red. De pronto se quedó rígido, prácticamente inmóvil. La pierna derecha no respondía. Bajó la juez de silla, se acercó Djokovic y Carlitos que no podía moverse. Solicitó la atención del médico. Eso suponía que de inmediato cedía el siguiente juego. La regla es así. Atención por calambres si no hay parón de por medio equivale a juego perdido. Así de complicada veía la situación Alcaraz. Fue atendido y regresó a pista prácticamente inmóvil.

El partido se reanudó y Carlitos estaba restando muy cerca de su palco. La escena era inquietante y se confirmó cuando se dirigió directamente a su palco. Mirando a Juan Carlos Ferrero soltó: "Aquí, aquí, aquí... estoy muy jodido tío. ¿Cómo puede ser". Era pura desesperación. Como se confirmó a medida que avanzaba el partido. Palo tras palo, puntos muy cortos, nada de intercambios, movilidad nula... por eso sólo pudo sumar un juego más. El físico volvía a traicionarle. Le apartó del Abierto de Australia y le apartó de la pelea por la final de Roland Garros. Con 20 años quizá se el momento de replantearse determinadas cuestiones para que el físico no vuelva a convertirse en un obstáculo para todos los retos que tiene que afrontar Carlitos.