Froome marca distancias

Metió más de medio minuto a todos sus rivales. «Antes de salir supe lo de Valverde y decidí no arriesgar en las curvas», confesó Contador.

Lo que parecían 14 kilómetros de estreno, de izada de la bandera, paseo para ir calentando las piernas y entrando en materia se convirtió no sólo en un martirio para el ciclismo español por lo terrible de los abandonos de Alejandro Valverde y Jon Izagirre, sino también en la constatación del poderío y la fuerza del equipo Sky y sobre todo, de su líder, Chris Froome. Una tortura una vez más para el resto de sus rivales, vamos. Porque ninguno se libró de la quema y el purgatorio al que les sometió el keniata en la primera etapa de este Tour de Francia al que sólo 14 kilómetros le han bastado para dejar claro que él sigue siendo el rey.

Froome paró el crono en 16 minutos y 16 segundos, aventajando en más de medio minuto a todos y cada uno de sus enemigos, que este año tantos se prometían ser y tan abierto veían el Tour. Pero fue cerrarse el cielo de Düsseldorf, comenzar el aguacero, convertirse el circuito de la crono en una pista de patinaje y volver a la realidad como si de un golpetazo seco se tratase. El keniano dispone ya de 36 segundos de ventaja respecto a Nairo Quintana, el mejor de los favoritos, pero desde hoy, con uno y el más importante de sus gregarios fuera de carrera casi antes de empezar.

35 segundos metió a su amigo y rival Richie Porte, el que decían que llegaba en el mejor momento de su carrera para arrebatar el «maillot jaune» a Froome. A Bardet lo castigó con 39, a Fabio Aru, con 40 y a Contador, con 41. Exageradas diferencias para los escasos 14 kilómetros de etapa. «No he hecho una mala crono», se defendía Alberto al llegar a la línea de meta, «he ido muy despacio en las curvas». El madrileño del Trek-Segafredo confesó que «antes de salir me dijeron lo de Valverde y decidimos ir despacio».

El poderío del Sky no se redujo tan solo a la fortaleza de Froome frente al resto de contendientes al Tour. Cuatro corredores del equipo inglés se colaron entre los ocho primeros de la clasificación. Geraint Thomas, ganador y primer maillot amarillo, Vasil Kiryienka, que rozó el sobresaliente en la crono, el propio Froome y Michal Kwiatkowski, que concluyó octavo. Mikel Landa, por su parte, tuvo una actuación más discreta y se dejó alrededor de un minuto con su compañero y jefe Froome.