LaLiga Santander

2-0. Con diez hay paraíso

Marcó Morata, sustituido tras la expulsión de Ramos. Rayo sin luz

El defensa del Real Madrid Sergio Ramos (detrás) celebra con sus compañeros Cristiano Ronaldo y Raphael Varane (d) la consecución del segundo gol
El defensa del Real Madrid Sergio Ramos (detrás) celebra con sus compañeros Cristiano Ronaldo y Raphael Varane (d) la consecución del segundo gollarazon

El Real Madrid juega con 10 tras la expulsión de Sergio Ramos en el minuto 18 por doble amonestación; la primera trajeta amarilla, un minuto antes.

madrid- Tan disgustado está Mourinho con Higuaín y Benzema, arietes oficiales, que Morata fue titular ante el Rayo. El perro estaba sancionado y el gato, en el banquillo. «Imposible» la Liga, el torneo sirve de ensayo sea quien fuere el rival. En esta ocasión, turno del Rayo, equipo atrevido, tanto, que Paco Jémez alineó de salida casi cinco delanteros. A los 12 minutos perdía 2-0 y a los 18 jugaba contra diez por expulsión de Ramos, que vio dos amarillas en un santiamén. Pero ni con todo el partido por delante fue capaz de obligar a Diego López a hacer poco más de una parada. La propiedad casi exclusiva del balón no le sirvió de nada y «Mou» celebró sus cien partidos en el Madrid con una victoria intrascendente pero seguramente balsámica.

Paco Jémez es fiel a sus ideas y morirá con ellas, aunque en el Bernabéu pareciera que tendía al suicidio con una prole de delanteros. Eso son apariencias; el lugar del Rayo en la clasificación no ofrece dudas y se lo debe al fútbol que su entrenador ha implantado. Tampoco Mourinho es de los que dan su brazo a torcer. Dicen que Silvino Louro le dijo que Casillas llegaba «devaluado» a los entrenamientos. Dicen que Mourinho no represalió por eso al portero sino porque sospechaba sus filtraciones. Rumores. La realidad es una, según el presente, y así se ha pasado del Adán entronizado al Adán desconvocado. Se lesionó Casillas y el mánager fichó a Diego López, titular inmediato. Dicen que el bueno de Adán, relegado hasta de la Copa, acusó el golpe y no lo digirió. Dicen y dicen. Ahora Jesús ocupa su lugar en el banquillo y la polémica de los porteros del Madrid pierde del todo el sentido. Tampoco lo tiene el criterio arbitral, estricto o laxo sin una razón aparente.

La alegría atacante del Rayo propició a los 50 segundos el primer ataque del Madrid, con Cristiano en fuera de juego, y a los tres minutos el gol de Morata, titular en perjuicio de Benzema. Para el Madrid, miel sobre hojuelas y el lance, sobre ruedas. Jugaba Kaká y respondía a la confianza del técnico, como el canterano. Por sus botas y las de Özil pasó el 1-0. En las del alemán nació el 2-0, al cabecear Sergio Ramos la falta. Quedaba una barbaridad de partido, perdía el equipo visitante; pero no se descomponía.

Todavía estaba pensando Ramos en el gol que había metido cuando se quitó de encima a Trashorras con un manotazo. No fue para tanto, aunque sí escandaloso; pero el árbitro le enseñó la amarilla. Sólo un minuto después, el sevillano utilizó los brazos para cortar un centro y Paradas Romero le mostró la segunda. Roja y a la calle. Sergio, ángel y demonio, capaz de lo mejor y de lo peor.

Polémicas arbitrales al margen, el Madrid se quedó con diez y Mourinho, muy a su pesar, sacrificó a Morata. El público protestó el cambio cuando Albiol entró. Mereció muchísima mejor suerte el autor del primer gol.

El criterio arbitral... A los 20 minutos, Piti entró en el área del Madrid y se tiró descaradamente. Protagonizó el «piscinazo» perfecto. Incomprensiblemente, el colegiado señaló saque de puerta y no enseñó la tarjeta amarilla al rayista, que, seguramente, aún no se explica cómo no la vio. Después de esta acción, Cristiano aún dispuso de una oportunidad para marcar el tercero cuando el balón pasó a ser propiedad exclusiva del Rayo, que, sin embargo, perdonaba. Varane se anticipó a Piti y Trashorras chutó alto. Fin de la primera parte.

Del criterio, o el sin criterio, de Paradas, a su agudeza visual: el primer centro rayista al área tras la reanudación lo desvió Coentrao con la mano. Era penalti, pero ni él ni el asistente lo vieron. Nada cambió; persistió el monólogo del perdedor entre los esporádicos contragolpes del triunfador. Lo que venía a demostrar que el balón no da la felicidad. Era del Rayo, que no encontraba la manera de alojarlo en la red de Diego López, quien, por cierto, no salía de la portería ni pinchado. Precisamente por esa ostensible falta de claridad ante la meta contraria al modesto visitante se le negaba el paraíso.

Con el Rayo volcado en un ataque tan inútil como estéril, con Lass en el papel estelar, al Madrid le bastaba con defenderse correctamente y contragolpear dirigido por Kaká, muy activo, muy batallador y aplicado también en defensa, aunque el temor a que Pepe hiciera una de las suyas latía en el ambiente. Enfrente, el equipo vallecano era incapaz de inventar un remate ni con seis delanteros, una vez que José Carlos entró por Casado. Vivía en terreno madridista y cuando superaba la barrera blanca no sabía culminar. Fue el mejor regalo para el «centenario» de Mourinho.

- Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Diego López; Sergio Ramos, Pepe, Varane, Coentrao; Essien, Khedira; Özil (Di María, m.68), Kaká (Callejón, m.80), Cristiano Ronaldo; y Morata (Raúl Albiol, m.27).

0 - Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Gálvez, Figueras, Casado (José Carlos, m.64); Javi Fuego, Trashorras ('Mudo' Vázquez, m.73); Lass, 'Chori' Domínguez, Piti (Delibasic, m.83); y Leo Baptistao.

Goles: 1-0, m.3: Morata. 2-0, m.13: Sergio Ramos.

Árbitro: Paradas Romero (comité andaluz). Amonestó a Cristiano (64) y Pepe (76) por el Real Madrid; y a Trashorras (33), Lass (36), Tito (41) y Figueras (49) por el Rayo. Expulsó a Sergio Ramos por doble cartulina amarilla (16 y 17).

Incidencias: encuentro correspondiente a la 24a jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 63.000 espectadores.