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La dura sanción al futbolista de 60 años, atracador, traficante, padre de 50 hijos y vicepresidente de Surinam

Ronnie Brunswijk se convirtió en el futbolista con más años en jugar un partido. Lo hizo con su equipo, el Inter Moengotapoe contra el Olimpia de Hondura. Perdió 6-0, repartió dinero y, sancionado, no puede volver a jugar

Ronnie Brunswijk, futbolista con 60 años
Ronnie Brunswijk, futbolista con 60 añosLa Razón

La madre de Ronnie Brunswijk, vicepresidente de Surinam, un pequeño país de Suramerica, asegura que a veces algunos jóvenes se acercan a ella y la abrazan llamándola abuela. Ella responde al abrazo porque sospecha que ese desconocido bien podía ser su nieto, aunque no sepa nada de él. Al fin, su hijo vicepresidente, pero también paracaidista de élite, ladrón de bancos en busca y captura, líder guerrillero, y ahora futbolista, es también padre de al menos 50 hijos, según The New York Times.

Ahora, a sus 60 años y 128 dias, jugó uno 28 minutos de un partido de la Concafaf (Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y el Caribe), entre su equipo, el Inter Moengotapoe y el Olimpia de Honduras. No hubo color en el encuentro de ida de los octavos de final. Su equipo recibió seis goles y no metió ni uno. Él no pudo aportar mucho en el campo, tampoco es que tenga físico. Será su primera y última vez ‘porque “el señor Ronnie Brunswijk tiene prohibido por tres años participar en cualquier competencia de Concacaf”, decidió la organización tras ver lo que pasó después del encuetnro

Es el jugador con más años que ha disputado un encuentro oficial de clubes. pero es tras terminar el choque, fue al vestuario del Olimpia y empezó a repartir dinero en efectivo ante la alegría de los jugadores, que querían darle un aplauso. " Como consecuencia de estas violaciones a las reglas, ambos clubes han sido descalificados y removidos de la Liga CONCACAF de este año con efecto inmediato”, suspendió la Concacaf a ambos clubes. No es la primera vez que reparte dinero. Ya lo hace cuando viaja en helicóptero y deja caer billetes desde el cielo.

Condenado por tráfico de drogas en Europa, es un héroe en su país. “Todo lo que tengo, se lo doy a la gente”, decía hace un año en una entrevista “Desde que era un niño, he querido ayudar a los demás. Ahora tengo la oportunidad de ayudar a todo el país”.

Su historia es la de un país pobre que ha encontrado yacimientos. Según el New York Times, nació en una familia de 10 hijoa en una de las regiones más pobres de Surinam. La familia vivía sobre todo del arroz, la yuca y los plátanos que conseguían sacar de la tierra fina y arenosa. La carne ocasional provenía de los animales salvajes.

Recibió entrenamiento militar como paracaídista en Cuba. Después fue guardaespaldas del dictador Desiré Bouterse, con el que tuvo una gran relación que luego se rompió.

Entonces se dedico a robar bancos para repartir el dinero entre los pobres. Le cogieron, huyó y se refugió en los Países Bajos. Cuando volvió, en 1986, formó una milicia con 1.200 hombres y empezó una guerra civil que duró 6 años. La guerra terminó en una democracia en la que él controla los principales resortes.

Según los Países Bajos y Francia Brunswijk financió su milicia con el contrabando de cocaína. Tiene dos condenas en Europa. Él asegura que el dinero le llegaba de la madera y las minas de oro.

Mezcla el poder de la fuerza con la generosidad populista y paga facturas médicas, funerales y casas. O coches nuevos para toda la plantilla del Inter Moengotapoe. O ha ayudado a refugiados a volver al hogar.