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Después de Cristiano y Messi... los que ponen la calidad en el Barça-Madrid

El osado Memphis Depay y el talentoso Karim Benzema son los jugadores diferenciales del Clásico que abre una nueva era

Memphis Depay debuta en el Clásico
Memphis Depay debuta en el ClásicoALBERT GEAREUTERS

Memphis Depay es el descaro. El me paro delante de ti, te miro a los ojos y te desafío: «Quítamela». Da igual si enfrente hay un rival, dos o tres. Se inventa una filigrana que no siempre sale, pero él con sus poderosos muslos que casi revientan el pantalón lo va a volver a intentar. Es lo más parecido a un solista que tiene un Barcelona que debe ser coral, porque ya no está Messi, ya no vale el todos para uno, ahora es todos para todos. Pese a ser encarador, el atacante neerlandés ha demostrado buen pie para las faltas, que saca con precisión y buena sintonía con Ansu Fati. Son la gran esperanza de este Barça en reconstrucción. «Llevo pocos partidos con él, pero nos entendemos muy bien, tanto dentro del campo como fuera. Se ha integrado bien, es un chico espectacular, él no habla mucho español y yo inglés así, así. En el campo es más fácil. Espero que esté muchos años aquí», comenta Ansu.

Benzema es la clase. El llega el balón del cielo, pero no importa, que lo voy a domar y dominar y controlar y aquí se va a quedar conmigo manso, a mis órdenes. Es el socio que cualquier delantero quiere. Por eso Cristiano Ronaldo siempre decía: «Tú, a mi lado». Se fue CR y el francés asumió ese papel goleador que antes pertenecía al portugués, pero sin perder sus otras cualidad. Es el Pichichi de LaLiga con nueve dianas en ocho partidos, a más de un gol por encuentro; pero también lidera el ránking de asistencias en el campeonato doméstico, con casi un pase definitivo por actuación (7). En el partido de Champions contra el Shakhtar estuvo en el origen o en el destino de cada uno de los cinco goles que consiguió el Real Madrid. Precisamente en ese encuentro del pasado martes recibió un golpe en el empeine del pie derecho que le ha impedido entrenarse con el grupo el resto de la semana, pero no debería de tener problemas para estar en el Clásico. El último día se unió al entrenamiento normal del equipo. Para ser un futbolista al que a veces se le ha acusado de ser más un «10» que un «9», de faltarle el determinación de un delantero más puro, suma 153 tantos en 290 partidos con el Real Madrid.

Memphis tampoco es un goleador nato. Empezó el curso con dos aciertos en tres partidos, pero a partir de ahí sólo ha sido capaz de marcar otras dos veces de penalti. Ha jugado en el PSV, el Manchester United o el Lyon, pero nunca se ha enfrentado al Real Madrid. «Tenemos futbolistas que han jugado muchos Clásicos y pueden ayudar a los jóvenes o a los que juegan el primero. Deben disfrutar, pero también jugar con personalidad para hacer el trabajo», aseguró Koeman, que confía ciegamente en su atacante: ha disputado todos los minutos en Liga (720) y sólo descansó el último cuarto de hora en Champions ante el Dinamo de Kiev, para que Agüero fuera apurando su puesta a punto.

Benzema, en cambio, es un experto en Clásicos, y además en jugarlos bien, especialmente en el Camp Nou. Ha disputado el gran partido en 39 ocasiones y ha marcado 10 goles y repartido 9 asistencias, aunque el balance, entre todas las competiciones, es de 11 victorias, 10 empates y 19 derrotas. La última vez que se enfrentaron los dos colosos del fútbol español contribuyó con un tanto en el triunfo por 2-1 en el Di Stéfano. «Sabemos que es muy difícil marcarlo. Nos lo vamos a pasar bien», reflexionaba Gerard Piqué en una entrevista en Movistar. El atacante francés se le ve disfrutar en el campo y no parece que el juicio que está teniendo por el «caso Valbuena» le pueda afectar en el césped. Como dijo Ancelotti, está maduro, es como el vino, «cuanto más viejo, mejor».