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Champions League

El Barcelona, contra la relajación ante el Dortmund para recuperar su sitio en la Champions

El 4-0 de la ida, los 24 partidos sin perder... Todas las estadísticas favorecen al Barcelona en la vuelta de cuartos de la Champions. No llega a semifinales desde 2019

El último entrenamiento del Barcelona antes de enfrentarse al Borussia Dortmund ASSOCIATED PRESSAP

Entre 2008 y 2013, el Barça siempre estuvo en las semifinales de la Champions, seis ediciones seguidas en las que logró dos títulos. En 2015 ganó su última «Orejona» con Messi, Luis Suárez y Neymar en el campo, y Luis Enrique en el banquillo. Ese 6 de junio, Lamine Yamal todavía no había cumplido ocho años; en los dos triunfos de Guardiola (2009 y 2011), estaba a un mes de cumplir dos y cuatro años, respectivamente. No vivió esos éxitos de su equipo en épocas que marcan como la adolescencia, pero es que la adolescencia la está pasando en el campo como protagonista, en la búsqueda de devolver al conjunto azulgrana a su lugar.

La caída del Barcelona

Porque desde ese último título europeo, sólo ha vuelto una vez más a estar entre los cuatro mejores, de fatal recuerdo en la Ciudad Condal por la remontada del Liverpool en 2019. A partir de ahí empezó una caída libre: cuartos en 2020 (2-8 del Bayern), octavos en 2021 (1-4 del PSG en el Camp Nou) y dos eliminaciones consecutivas en la fase de grupos, algo que no le sucedía al club desde comienzos de siglo, en la 2000-01, en plena crisis por la marcha de Figo al Real Madrid. La entidad catalana, además, entró en una crisis económica de la que todavía no ha logrado salir. Deportivamente mantenía el prestigio, pero la realidad era que ya no estaba entre los mejores de Europa, ni siquiera teniendo a Messi en sus filas. El año pasado tomó impulso regresando a los cuartos y quién sabe qué hubiera pasado si en la vuelta ante el PSG Araujo no hubiera sido expulsado. El equipo no supo gestionar esa situación y se hundió. Este curso lo tiene todo de cara para seguir avanzando. Posee el juego y tiene la fe.

Todas las estadísticas a favor

El 4-0 logrado en la ida de cuartos ante el Borussia Dortmund es un margen importantísimo. En toda la historia de la Champions sólo se ha remontado una vez, con el propio Barcelona como ejecutor, tras ganar 6-1 en la vuelta de octavos de la 2016-17 ante el PSG (el 5-1 le servía a los franceses porque en esa época los goles fuera de casa valían doble). Ventajas de tres tantos recuperadas tampoco han sido tantas: el citado 3-0 del Liverpool (4-0 en la vuelta), un 4-1 de la Roma también al Barça el año anterior (3-0), y un 4-1 del Deportivo al Milan en el curso 2003-04 (4-0), temporada en la que los gallegos tuvieron opciones reales de ser campeones de Europa. «Perder la eliminatoria sería un golpe duro», admitió en la ida Iñigo Martínez, pero en fútbol ya se sabe que los partidos hay que jugarlos, que a veces pasan cosas inesperadas (un gol rápido, una roja...) y «los milagros suceden», como dice Niko Kovac, técnico del Borussia, que anima a una afición que no necesita demasiado, ya que el Signal Iduna Park es uno de los estadios de Europa con mejor ambiente.

La increíble racha del Barcelona

Analizados estos números y algunos más, el problema principal del Barcelona sólo puede ser el propio Barcelona y un colapso o un exceso de confianza. Ya ha recibido dos veces cuatro goles este curso (el mínimo que necesitan los alemanes, para empatar, si dejan su portería a cero), pero la respuesta de los chicos de Flick fue con cinco dianas al Benfica en Europa, para el 4-5 de la fase de liguilla, y con cuatro al Atlético en el 4-4 de la ida de semifinales de la Copa del Rey. Únicamente en dos duelos desde agosto, ambos de Liga (1-0 de la Real Sociedad y 0-1 del Leganés en Montjuïc), se quedó sin marcar el Barça, que suma 24 partidos sin perder, todos los de 2025.

Szczesny, héroe inesperado

El héroe más sorprendente de esta racha es Szczesny, el portero polaco que fichó por la lesión de Ter Stegen volviendo de la jubilación, y que debutó en enero. Ahora, vuelve al estadio en el que se retiró sin saber que sus días de vino y rosas en Marbella no iban a durar demasiado y los iba a cambiar por días de vino y rosas de nuevo entre vestuarios y estadios. Después de disputar la pasada Eurocopa, el guardameta, que no jugó el último Francia-Polonia, anunció que lo dejaba porque ya no sentía la pasión de antes. Pero un par de meses después recibió una llamada que encendió la llama de nuevo. «Estaba jugando al golf con mi hijo, aunque la verdad es que antes de ese momento ya había recibido alguna señal», desveló ayer el guardameta. La señal fue una conversación con su compatriota Lewandowski, que le ha servido de gran apoyo para su adaptación, hasta convertirse en un jugador muy apreciado en el vestuario, que recurre a la meditación para enfocarse en los partidos. «No puedo explicar mi rutina porque es muy larga. Empecé hace tiempo con ello, cuando me mudé a Italia. Meditar me ayudaba a centrarme y también en mi vida, con la familia», afirma.

Que el Barça pierda el foco por la ventaja tampoco es algo que parezca quitar el sueño a Hansi Flick: «Tenemos suerte de llegar con ventaja porque el partido de mañana [por hoy] será muy difícil. Quiero que mi equipo disfrute de jugar contra uno de los equipos más importantes de toda Europa. Queremos hacer un buen partido y queremos mantener el nivel del 4-0 de la ida», deseó.

Vuelve Dani Olmo; Iñigo Martínez, amenazado

La gran ausencia en la lista de Hansi Flick para enfrentarse al Borussia Dortmund es Balde, que se lesionó ante el Leganés. «Es una pena perder a un jugador de sus características, pero tenemos confianza en todos los futbolistas», afirmó el entrenador alemán que, por contra, agradece recuperar a Dani Olmo en un momento tan importante de la temporada. «Con su calidad nos aporta mucho», dice el preparador azulgrana, aunque también admite que tienen que ir con cuidado con él, porque han sido varias las lesiones que ha tenido este curso y que le han impedido tener continuidad. Una de las dudas de Flick es Iñigo Martínez, gran pilar de la defensa este curso. Es el único jugador de la plantilla que está apercibido, y si ve una amarilla se perdería una hipotética ida de semifinales. «No voy a desvelar nada hoy [ayer]. Sabemos el riesgo de suspensión. Es un jugador importante, pero el puesto de central está bien ocupado».