Fútbol
Copa del Rey: el Rayo Vallecano sufre hasta los penaltis en Guijuelo
El equipo salmantino, líder del Grupo 8 de la 3ª RFEF, rozó la hazaña, pero falló el último lanzamiento de la tanda. Todos los conjuntos de Primera División pasan de ronda
Terminó la primera ronda de la Copa del Rey sin sorpresas de las gordas. Todos los equipos de la Liga Santander se han puesto las pilas para evitar el sonrojo y se han metido en el sorteo de hoy (12:00 horas) dejando en el camino a equipos de inferior categoría. El Sevilla necesitó la prórroga para eliminar al Córdoba y más allá tuvo que sufrir el Rayo Vallecano, que lo pasó muy mal en el campo del Guijuelo. El líder del Grupo 8 de la 3ª RFEF soñó durante muchos minutos con el pase a la segunda ronda y se marcó un partido magnífico en la primera vez que un conjunto de la máxima categoría visita la ciudad.
Iraola se dio a conocer como técnico con el Mirandés, donde llegó a la semifinal de la Copa del Rey en la edición de 2020. En esa temporada disfrutó de esta competición y ayer la sufrió bastante viendo que podía convertirse en el único equipo de Primera eliminado. Hizo rotaciones el técnico rayista y se adelantó pronto en el marcador con el gol de Pozo. Todo parecía ir bien, pero muy pronto empató el Guijuelo con un gran gol de Toti. Recibió el balón en profundidad y después de un recorte superó con un gran disparo a Luca Zidane, que volvía a la portería del Rayo y fue el héroe.
Desde ahí fueron creciendo los salmantinos, que veían cómo los minutos pasaban y el marcador no se movía. Tuvo más ocasiones y más claras, pero no encontraba el tanto que le calmara. Fue Iraola metiendo a los titulares y tuvo que tirar de Trejo y de Sergi Guardiola. También Isi, uno de los futbolistas de moda, que tampoco encontraba el camino del gol. Se quedó con diez el Rayo por la expulsión de Kevin Rodríguez y seguían las malas noticias. Pasó la prórroga y llegaron los penaltis. Fallaron los dos equipos el primer lanzamiento y llegaron empatados a tres al último. Falló Cristóbal Gil después de un gran partido y no perdonó Sergi Guardiola, que más que celebrar hizo un gesto de alivio por haber terminado con el mal rato.
Mucho más fácil lo tuvo el Levante ante el Huracán Melilla, al que arrasó con ocho goles en el debut en el banquillo de Alessio Lisci. El colista de Primera se dio una alegría en busca de cambiar la tendencia, mientras que el Valencia no titubeó ante el Utrillas y el Osasuna tampoco en San Agustín del Guadalix.
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