Fútbol

La dura confesión de un ex del Real Madrid: "No ficharon a Dani Alves por mí, fracasé y bebía hasta caerme"

El ex jugador del equipo blanco reveló porque Dani Alves no llegó a vestirse de blanco

Dani Alves, durante su etapa en México
Dani AlvesULISES RUIZAFP

Cicinho llegó el Real Madrid en 2005 como uno de los laterales más destacados del fútbol brasileño, pero en las filas blancas nunca llegó a brillar. Tras dos campañas de blanco marcadas por una grave lesión de rodilla, en 2007 se fue a la Roma.

Ahora, Cicinho ha vuelto a recordar el pasado en un entrevista y ha confesado como todo pudo cambiar para él y, sobre todo, para el Real Madrid. El ex jugador confesó en Brasil que Dani Alves, que por entonces estaba en el Sevilla, no llegó al club blanco porque estaba él.

En una entrevista en el programa Arena STB de Brasil, Cicinho recordó lo vivido por esos tiempos: "Durante mi etapa en el Real Madrid se especulaba con que Daniel Alves, por entonces en el Sevilla, firmaría, pero la directiva lo rechazó diciendo que ya tenían todo acordado conmigo".

"Era un alcohólico"

Sin embargo, la historia de Cicinho no terminó bien en el Real Madrid: "Era un alcohólico porque no era capaz de beber una sola cerveza. Lo hacía hasta caerme al suelo. Cuando llegue al Real Madrid C.F. se me fue todo de las manos porque pretendía ser dueño de todo y se me subió la fama a la cabeza. Llegué a tomar 18 caipirinhas y 14 cervezas en una tarde. Lo único que tapaba todo eran los buenos resultados del equipo".

Para cerrar, Cicinho agregó: "Bajo los efectos del alcohol me tatuaba y ahora me siento incómodo con los tatuajes. Bebía porque odio el dolor y lo necesitaba para tatuarme. No lo escondía. Pensaba que tatuarme me iba a dar paz. Y no es así".

Antes de su ingreso en prisión el propio Dani Alves admitía que estuvo muy cerca de vestir de blanco: "Estuve muy cerca de firmar por el Real Madrid, pero el destino se metió de por medio. Y me marcó que mi historia se haría en el FC Barcelona, como había soñado de niño. Y debes hacer los sueños realidad, no las pesadillas".

Ahora, el brasileño lucha contra sus propias pesadillas mientras espera en libertad condicional la resolución de los recursos contra su pena de cuatro años y medio de prisión por violación.