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El Atlético no tiene límites

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El empate entre el Zenit y el Oporto allanaba el camino para la clasificación y el liderato del grupo del Atlético. Los de Simeone tenían, pues, que hacer los deberes con esmero ante un rival inferior como se demostró en la ida. Sin embargo, los primeros compases se jugaron a ritmo de vals. Los rojiblancos salieron más relajados que nunca y vieron cómo el Austria tomaba la iniciativa y buscaba a Courtois, que trabajó más que el domingo pasado ante el Athletic.

Dos gritos de Simeone sirvieron para subir la intensidad en el juego y para impedir que el rival impusiese su criterio. Con las pilas puestas, en el primer córner que lanzó Koke hubo gol. La estrategia es una de las bazas que el Atlético aprovecha muy bien. El balón del vallecano no lo despejó nadie y Miranda fue el más rápido para meter la pierna y batir a Lindner. Principio del fin para el Austria y tranquilidad para un Atlético que está entre los grandes de Europa y que cada día parece más firme en todos los aspectos del juego.

No se esconde, da la cara, afronta los partidos con la lección muy estudiada y, además, sabe que la paciencia es virtud en el fútbol, pese a que Diego Costa sufriese un ataque de ansiedad en los últimos minutos porque había fallado un penalti y el gol se le negaba. Al final marcó el de Lagarto (Brasil), que hoy será convocado por Del Bosque.

Fue el cuarto del Atlético, que manejó el partido a su antojo y que lo resolvió con la contundencia habitual. Porque después del tanto de Miranda fue Raúl García el que hizo el segundo. Centro de Diego Costa desde la derecha y cabezazo del navarro ganando a sus oponentes en el salto. La clasificación y el primer puesto encarrillado, mientras el Calderón disfrutaba con el juego de los suyos. Llegaba mucho el Atlético al portal de Lindner porque el Austria defendía mal. En el centro del campo mandaban Tiago, Koke y Gabi. Imponían su juego, alternaban el balón corto con el largo para que en los últimos metros Costa, Raúl García y Adrián se movieran con libertad. Así llegó el tercero. Filipe Luis se sumaba a la fiesta en la última jugada del primer tiempo. Era el puñetazo definitivo que marcaba la diferencia que existía entre uno y otro equipo. El Atlético, sin llegar a la excelencia, mostraba el poderío y el convencimiento de que ha elegido el camino correcto para... la gloria.

Con el partido sentenciado, Simeone fue generoso. Retiró a Adrián y metió a Óliver Torres. La perla de la cantera jugó con desparpajo. Se colocó en la izquierda, combinó con Filipe y Diego Costa, demostró su calidad individual –técnicamente es muy bueno– y supo jugar en corto y en largo –mandó un balón de 40 metros a Juanfran– para deleite de los aficionados. También tuvo su oportunidad Guilavogui. El francés cumplió en el papel de Tiago. Se le ve con ganas de agradar y de encontrar esos minutos que ahora se le niegan. Porque Simeone es fiel a los suyos, a los que responde siempre. Sin embargo, como los deberes estaban hechos y el sobresaliente europeo conseguido, el técnico retiró a Koke –el domingo espera el Villarreal– y dio entrada a Cristian Rodríguez. Y fue el uruguayo el que estuvo a punto de crear un problema. Le hicieron un penalti. Lo tiró Diego Costa mal y centrado por lo que el meta detuvo el balón. Ya había fallado ante el Celta. Y para Diego fue un reto marcar un gol. Tenía un cuarto de hora, el público le animaba, Simeone le decía que tranquilo, pero comenzó su carrera particular contrarreloj. Quería un gol y no paró hasta conseguirlo. Había tirado los guantes tras fallar la pena máxima y su rabia tuvo recompensa en una perfecta acción bien trenzada por Óliver, con pase atrás de Raúl García y disparo cruzado de Diego Costa para calmar la ansiedad y para constatar que es un jugador en racha, muy aprovechable para la Selección y para cualquier equipo. Puso, pues, la firma a un partido que le sirve al Atlético para darse un baño de alegría, para tener el reconocimiento europeo y para no ponerse límites si sigue jugando como lo ha hecho hasta ahora.

- Ficha técnica:

4 - Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Adrián (Óliver Torres, m. 46), Tiago (Guilavogui, m. 55), Gabi, Koke (Cristian Rodríguez, m. 66); Raúl García y Diego Costa.

0 - Austria Viena: Lindner; Koch, Ramsebner, Ortlechner, Leovac; Holland; Royer, Mader (Dilaver, m. 68), Simkovic (Hosiner, m. 53), Murg (Suttner, m. 53); y Kienast.

Goles: 1-0, m. 11: Miranda recoge un rechace y bate a Lindner en el área pequeña tras un saque de esquina. 2-0, m. 25: Raúl García salta más que su marcador y cabecea fuera del alcance de Lindner, a centro de Diego Costa. 3-0, m. 45: Filipe Luis marca a puerta vacía tras un rechace de Lindner a disparo de Adrián. 4-0, m. 82: Diego Costa, con un tiro desde fuera del área.

Árbitro: Istvan Vad (Hungría). Amonestó al visitante Ramsebner (m. 69)

Incidencias: partido correspondiente a la cuarta jornada del grupo G de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 35.000 espectadores.