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El escándalo Neymar acaba con la era Rosell
El presidente del Barça dimite y lo anuncia sin admitir preguntas. Bartomeu, vicepresidente que también firmó los polémicos contratos del brasileño, toma el relevo
El «caso Neymar» se ha llevado por delante a Sandro Rosell, el presidente del Barcelona, que ayer dijo adiós sin explicar exactamente cuáles son los motivos de una decisión tan importante. Después de una jornada de locos, a las 20:49 comenzó a hablar, al término de la reunión extraordinaria de la junta directiva, y a las 20:53 dijo lo que se daba por hecho durante todo el día, el runrún que corría por la Ciudad Condal: «Mi etapa aquí ha terminado, he presentado a la junta mi dimisión irrevocable». Fueron sus palabras para decir adiós. Y como explicación habló de que desde hace tiempo sufre «en silencio, amenazas y ataques» que «ponen en riesgo» a su familia. El nombre literal de Neymar apenas apareció en su comparecencia, en la que sí se refirió a una acusación «injusta y temeraria de apropiación indebida». «No quiero que ataques injustos afecten a la imagen del club», aseguró también.
Un montón de dudas estaban en el aire, pero el ex máximo mandatario no aceptó preguntas y quedaron sin resolver. Quien tendrá que responder será hoy Josep Maria Bartomeu, en la que será su primera rueda de prensa como presidente. Porque el hasta ayer vicepresidente deportivo ocupará el trono, elegido por la junta por unanimidad... hasta 2016, fecha en la que expiraba el mandato de Rosell y su equipo. Se resolvió así otra de las incógnitas: «Y ahora, ¿qué?; ¿elecciones? ¿presidente hasta el próximo verano?», eran algunas de las cuestiones que rodeaban a la salida de Rosell. Bartomeu seguirá, aunque no lo tendrá fácil por varios motivos: por un lado, los ataques que tendrá de la oposición, que no lo reconocerán como el presidente que han elegido los socios. Y por otro, porque Jordi Cases, el socio que demandó a Rosell y que fue el origen del asunto que ha concluido con su salida, extenderá la petición de imputación al propio Bartomeu y a Xavier Faus, el vicepresidente económico. Ambos también aparecen en las firmas de los polémicos contratos del brasileño. Uno de los presuntos motivos por los que Rosell se marcha es la mala imagen que podría dar que el presidente sea imputado, algo que todavía no ha sucedido. Bartomeu se podría ver en la misma situación.
El fichaje de Neymar ha tenido, a la larga, el efecto contrario al esperado. Después de la sonrojante eliminación del Barça a manos del Bayern, y pese a haber ganado la Liga con 100 puntos, Rosell buscó un golpe de efecto con la contratación de un crack que acompañara a Leo Messi. «Su llegada ha supuesto envidia y desesperación para los rivales», llegó a decir ayer. Pero la contratación de Neymar nunca quedó clara, siempre estuvo rodeada de dudas, incluso después de que el club dijera que el coste de la operación había sido de 57,1 millones de euros. Jordi Cases quiso saber exactamente en calidad de qué se había destinado ese dinero, sobre todo los 40 millones de euros que iban a la empresa Neymar &Neymar, que pertenece al padre del jugador. Los otros 17,1 eran para el Santos, club que poseía los derechos federativos. Para saberlo, preguntó al club, que no respondió. Nunca lo ha hecho, amparado en una cláusula de confidencialidad que no quería romper. «Esta confidencialidad es esencial porque, en caso contrario, puede conllevar unos perjuicios para el propio club», insistió ayer Sandro. Ante la negativa, Cases presentó una querella contra el presidente por apropiación indebida en su modalidad de distracción. El club presentó la documentación que le solicitó el juez y los acontecimientos se dispararon cuando se conocieron otros contratos ligados al fichaje de Neymar (ver gráfico en la página 64) que llevaban la operación hasta los 95,1 millones. «Costó 57,1, y punto», insistió hace unos días Rosell, además de pedir al juez Ruz, el encargado del caso, que le llame a declarar. Quizá ya sabía que la querella iba a ser admitida, como sucedió justo un día después, aunque Ruz consideró que el todavía presidente no debe declarar por el momento.
Todo concluyó ayer después de una jornada estresante. Rosell se reunió primero, por la mañana, con los vicepresidentes Bartomeu y Xavier Faus, con el director general, Antoni Rossich; y con el director de comunicación, Albert Montagut, para explicarles sus intenciones. A las 18:00 hubo una reunión extraordinaria de la junta directiva y a las 20:53 lo hizo público. Sandro Rosell llegó a la presidencia el 1 de julio de 2010, después de haber sido vicepresidente con Laporta, con quien terminó y sigue mal. En las últimas elecciones obtuvo el 61 por ciento de los votos y el fichaje de Neymar, que parecía la jugada maestra del verano, se ha convertido en el origen de su final.
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