Borussia Dortmund
El «speaker» también juega
Norbert Dickel, ex jugador del Borussia, se ocupa ahora de la megafonía
Fue una lesión lo que convirtió a Norbert Dickel en una estrella. Jubilado prematuro, tuvo que abandonar el fútbol a los 28 años con la rodilla destrozada. Era el año 1990 y la temporada anterior había contribuido con dos goles al triunfo del Borussia Dortmund en la final de Copa contra el Werder Bremen. El primer título del club desde 1966. Pero en el curso 89/90, el último de su carrera, apenas pudo disputar seis partidos. «Yo quería seguir ligado al equipo», reconoce a LA RAZÓN. Y encontró su sitio como «speaker» en el Westfalenstadion. Ahora, cuando en los estadios alemanes recitan las alineaciones, el encargado de la megafonía anuncia el nombre de cada futbolista para que el público responda a gritos con el apellido. «Nadie lo hacía cuando empecé yo hace 22 años», dice. «Ahora lo hacen todos».
Dickel, Nobby para casi todo el mundo, sigue siendo el «speaker» del Westfalenstadion. Y también es el responsable principal de que en el campo del Borussia Dortmund se viva probablemente el mejor ambiente de Europa. «Die gelbe Mauer», el Muro Amarillo, es la tribuna que pone color al estadio. 25.000 personas vestidas con el uniforme del equipo que no paran de animar durante los 90 minutos. Pero Dickel es la voz de esa afición. Además del «speaker», es el comentarista de la radio del club y acompaña al equipo en todos sus desplazamientos. «Es parte de mí. Siempre voy con ellos», dice confirmando que el lema del club, «Amor verdadero», es algo más que una bonita casualidad. Y ahora que sólo es una voz se siente mucho más querido por la afición que cuando marcaba goles sobre el césped: «Es cierto. La gente me reconoce más».
Dickel, fichado del Colonia por el equivalente a 150.000 euros, fue un buen delantero que marcó 40 goles con los amarillos en 90 partidos, pero nunca llegó a disfrutar del éxito con la selección. Aquellos eran los años de gloria de Alemania, cuando encadenó tres finales consecutivas en los campeonatos del mundo hasta que por fin pudo triunfar en el Mundial 90. Él se paró en la sub'21 sin llegar nunca a la absoluta, aunque Nobby no siente envidia ni de aquellos éxitos de su selección ni de los de ahora de su equipo. «Gané dos títulos con el Borussia y viví la mejor época del equipo después de ésta», asume sin nostalgia. Aquel equipo entrenado por Horst Köppel en el que él jugaba era el embrión del que años después ganaría la Copa de Europa con Ottmar Hitzfeld en el banquillo.Nobby es un miembro más del equipo, pero no ha dejado de prestar atención a sus otros sueños. «Siempre quise tener un puesto de salchichas», reconoce. Y ahora es el propietario del «Curry Fan», un local situado en una de las principales calles de la ciudad por el que pasan los ídolos del club. En su web, por ejemplo, se pueden encontrar fotos del técnico, Jürgen Klopp, disfrutando de sus productos. «Vosotros tenéis las tapas y nosotros, las salchichas», bromea Dickel.
El miércoles volverá a anunciar la alineación antes del partido contra el Real Madrid. Y cuando diga el nombre de los jugadores, la afición le responderá con los apellidos. Mientras, Nobby sueña con encontrarse al Barcelona en la final.
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