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Dembelé decide la Supercopa

Remontada del Barcelona. Sarabia adelantó al Sevilla, Piqué empató y un trallazo del francés dio el título a los culés. Ben Yedder falló un penalti en el último minuto

Leo Messi levantó su primer título como capitán del Barcelona después de que su equipo se impusiera al Sevilla en Tánger/Reuters
Leo Messi levantó su primer título como capitán del Barcelona después de que su equipo se impusiera al Sevilla en Tánger/Reuterslarazon

Remontada del Barcelona. Sarabia adelantó al Sevilla, Piqué empató y un trallazo del francés dio el título a los culés. Ben Yedder falló un penalti en el último minuto.

El Barcelona reconquistó el título de la Supercopa perdido el año pasado con una remontada sobre el Sevilla en Tánger, en el primer partido deslocalizado de la historia del fútbol español. El experimento de jugar en Marruecos fue positivo, ya que la afición autóctona dio color a un torneo que no suele tenerlo, y el partido, considerando la fecha temprana, fue emocionante y duranteciertos momentos vistoso.

Pablo Machín nació en Soria, la provincia que ha dado al mundo el concepto de «defensa numantina». Para semejante entrenador, verse en ventaja a los ocho minutos, cuando Sarabia aprovechó un balón suelto para marcar (con la bendición del VAR, que desautorizó al linier), era una invitación al atrincheramiento. Se plantó su Sevilla al borde del área con la peregrina idea de defender su golito durante ochenta y tantos minutos, frente a un Barcelona que se relamía ante el ejercicio de posesión y acoso al que lo convidaba el rival.

Tal vez pensaba Machín que al ritmo del Mudo Vázquez, al de los ancianos que van a echarle pan a las palomas, podía montar algún contragolpe. Está claro que no ha visto al ítalo-argentino en los dos años que lleva en España, pues aún no se ha animado a cruzar el campo en menos de un cuarto de hora. El Barça, así, al ritmo de un Messi que nunca descansa y con el empuje de un Arthur que mostró cosas interesantes, iba cercando la portería de Vaclik quien, malque bien, se iba sacando de encima algunos remates de Messi, Alba o Lenglet. Incluso con un juego algo atropellado, los catalanes producían bastante juego.

El empate, cantado, llegó al borde del descanso. Banega llegó tarde a un cruce y le regaló a su amigo Messi una falta en posición inmejorable. El disparo del crack dio en el palo, en la espalda del portero, en el palo otra vez y cayó a los pies de Piqué, que remachó a placer. El calambrazo despertó al Sevilla, que dio un paso adelante y otro zarpazo, de nuevo por medio de Sarabia. Muriel rompió a Semedo y metió el centro atrás, que el madrileño cazó pero se topó con la mano dura de Ter Stegen.

Las entradas de Rakitic y Coutinho en los primeros minutos de la segunda parte eran un mensaje elocuente de Valverde: sacaba a lo mejor que tenía porque su voluntad era no dejar escapar el título. Es cierto que la célebre «falta de rodaje» apelmazaba un poco a los azulgranas, cuya presión no era tan asfixiante como cuando iban en desventaja. También era lógico, con el empate ya en las tablas, que se tomasen un respiro. También Machín hablaba con sus cambios, ya que André Silva, sin entrenar ni un solo día, adelantaba en la rotación a Ben Yedder y suplía a Muriel.

Se animaba el Sevilla a salir un poco más y se iba encomendando, más a medida que faltaban las fuerzas, el Barcelona a la imaginación de Messi, que asustó a Vaclik con una falta desde treinta metros. La réplica llegó de inmediato con un córner peinado por Vázquez que se estrelló en la cruceta. Igual que hace la muerte en los cuadros de Valdés Leal, la fatiga equipara a los equipos ricos y a los equipos pobres.

No obstante, es necesario recordar que también ese contexto favorece a quienes atesoran más calidad, es decir, a Leo Messi, que sacó el tiralíneas para dejar a Dembélé solo ante el portero, aunque el campeón del mundo le pegó al muñeco. ¿Tanto dinero vale de verdad este chico? La respuesta llegaría unos minutos después. Quien sí está sobrevalorado es Vázquez, al que le dieron todo el tiempo del mundo para armar su disparo en el balcón del área y lo mandó tres metros desviado.

Dentro del último cuarto de hora, una buen combinación de Navas con Silva terminó con un disparo demasiado centrado del palaciego y enseguida hubo de hacerle Vaclik una doble parada a Messi y Suárez, que preludió el golazo con el que Dembélé dio la vuelta al marcador: recibió en la esquina del área, se dio la vuelta y arreó un derechazo seco que entró tras dar en el larguero. Con apenas diez minutos por delante al Sevilla ya no le quedaba otro remedio que descubrirse y gozó de una excelente oportunidad para empatar en las botas de Ben Yedder. Ter Stegen cometió penalti sobre Aleix Vidal y el francés no se redimió, al contrario, porque entregó un tirito raso a las manos del portero. Leo Messi levantó su primer trofeo como capitán barcelonista, que también es noticia.