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Szalai, del Castilla a la Eurocopa

El capitán de Hungría pasó por el Real Madrid antes de regresar a Alemania, país al que se fue con 16 años para ser futbolista

Adam Szalai, capitán y líder de Hungría.
Adam Szalai, capitán y líder de Hungría.Tibor IllyesEFE

Tiene mérito desarrollar una carrera de 15 temporadas como delantero centro sin apenas haber marcado goles en muchas de ellas. Adam Szalai lo ha conseguido y lo ha hecho superando expectativas exageradas y críticas feroces por su mala relación con el gol. Pero las críticas no son más que un estímulo para avanzar para quien se fue de Hungría con 16 años a un país nuevo, Alemania, sin sus padres y sin hablar el idioma. Esos duros comienzos forjaron una personalidad fuerte que le ha ayudado a relativizar las dificultades y a superarlas. “Ese momento fue uno de los más difíciles de toda mi vida, porque estaba solo y no hablaba una palabra de alemán cuando me mudé al internado. Los primeros seis meses fueron malos”, contó Szalai sobre su llegada a Stuttgart.

Alguien del Real Madrid vio algo en él, aunque es improbable que pensara que tenía entre manos al nuevo Ferenc Puskas. A Szalai le separaban muchos kilos, toneladas de calidad y demasiados goles del legendario Ferenc. Solo tenían en común la nacionalidad. Llegó en 2007 al Castilla, entonces en Segunda B, y este viaje marcó su carrera: “Fue uno de los mejores momentos de mi vida. El segundo año en particular fue muy bueno. Para mí fue un buen trampolín hacia la Bundesliga”.

Su segunda temporada en el Castilla fue la más prolífica a nivel goleador de toda su vida. Nunca volvió a igualar los 16 tantos que consiguió aquel curso. Solo se acercó con los 13 de la 2012-13 con el Mainz. Esas dos temporadas son las únicas de su carrera en las que ha marcado diez goles o más. Pese a todo, la fe que le han tenido sus entrenadores es admirable y pocos han confiado tanto en Szalai como el técnico que lo reclamó para el Mainz durante su tercera campaña en el Castilla. A mitad de Liga, el húngaro fue traspasado al equipo alemán, entrenado entonces por Thomas Tuchel.

Esos 13 goles que marcó en la Bundesliga 2012-13 fueron suficiente reclamo para que el Schalke pensara que el húngaro podría ser un buen refuerzo para disputar la Liga de Campeones. No importaba que en las campañas anteriores hubiera marcado un gol, cuatro y tres. La realidad golp al Schalke y a Szalai, que una temporada y siete goles después se fue al Hoffenheim, donde fue entrenado por Julian Nagelsmann y cuya afición le adoraba por su entrega y por su trabajo más que por sus goles, que no fueron muchos. “Fui educado de esa manera como futbolista. No es que no deba o no quiera marcar goles, pero es un deporte de equipo”, se justifica.

Pasó allí seis temporadas, salvo una breve cesión al Hannover, al que no pudo ayudar con ningún gol para evitar el descenso. Ha pasado las dos últimas temporadas en el Mainz, con el que solo ha marcado dos goles y al que denunció en septiembre después de que su técnico, Achim Beierlorzer, le apartase del equipo. Un día antes, Szalai ejerció de portavoz de la plantilla para denunciar que no les estaban pagando el salario acordado, que había sido recortado a causa de la pandemia. Sus compañeros salieron en defensa de Szalai, Beierlorzer fue despedido, el Mainz dijo al húngaro que se buscara equipo, Szalai se negó, terminó siendo un habitual en los planes del nuevo técnico y el Mainz logró la permanencia.

Ahora le llega el tiempo de disfrutar de la Eurocopa con su selección, de la que Marco Rossi le nombró capitán sin importarle que Szalai estuviera dos años sin marcar un gol con Hungría en partido oficial.