Eurocopa
Historia de los España - Italia: un codazo, la liberación, fiesta y declive
Los últimos duelos con Italia han sido el reflejo de los estados de ánimo de España. Luis Enrique lo sufrió como jugador en el Mundial 94
España e Italia se han enfrentado en 36 ocasiones, con 11 victorias de los transalpinos, 13 empates y 12 triunfos de la Roja. Lo hicieron varias veces en los Juegos Olímpicos, en 1920, 1924 y 1928, y el primero en un Mundial fue en 1934. Un «robo» cuentan las crónicas de la época. Una «carnicería», dicen también, ya que hasta siete jugadores españoles acabaron lesionados, entre ellos Zamora con dos costillas rotas, y también cuatro italianos. Jugaron dos veces después de empatar a uno la primera. Italia, que era el equipo local, venció en el desempate 1-0 y conquistó el título, haciendo caso a lo que decía Mussolini: «Hay que ganar, es una orden». O: «Ganar o morir».
Pero el cara a cara más icónico de estás dos selecciones fue quizá el del Mundial de 1994, en el que estaba Luis Enrique, pero como jugador, en el césped. El enfrentamiento se ha convertido en un clásico, ya que por cuarta Eurocopa consecutiva, uno de los dos cerrará el camino al otro.
Mundial 94: Italia, 2-España, 1, cuartos de final
Mauro Tassotti ha confesado muchas veces que está harto de que le pregunten por «esa» jugada, pero es que los aficionados españoles la tuvieron clavada en el alma durante muchos años. Eran los cuartos de final del Mundial de Estados Unidos 94 y la España de Clemente fue de menos a más y llegó convencida a ese partido. Su rival presumía de Roberto Baggio, que fue el mejor jugador de la competición, aunque como pasa en muchas ocasiones, terminó fallando un penalti en la tanda de la final contra Brasil. «Il Divino Codino», que así le llamaban por la coleta que lucía, fue el verdugo de España marcando el 2-1, para romper el empate que habían conseguido Dino Baggio y Caminero. Antes, Julio Salinas perdonó el segundo del equipo de Clemente, que estaba haciendo más méritos sobre el césped. Después, faltaba «esa» jugada que Tassotti no quiere recordar. El duro central estampó su codo en la nariz de Luis Enrique, que empezó a sangrar. Pero no había VAR, no había opción de revisar nada y ahí se quedó todo, en la frustración del ahora seleccionador español protestando al árbitro, Sándor Puhl, entre lágrimas y ensangrentado. La maldición de cuartos y el «jugamos como nunca y perdimos como siempre» seguía para España.
Euro 08: España, 0 (2)-Italia, 0 (4), cuartos de final
Se puede decir que, en parte, la gran España dominadora de todo comenzó en ese partido. Luis Aragonés sobrevivió en el banquillo de la selección a una época tormentosa con la salida de Raúl o el «despelote» que decía Joaquín que era todo aquello. Y el «Sabio» formó un equipo que haría historia. La gran prueba era enfrentarse al verdugo habitual, Italia, en los cuartos de final de esa Eurocopa 2008. La Roja fue mejor durante un partido en el que realmente no pasaron muchas cosas. Terminó sin goles, con mucho respeto y tensión, y tocaba jugársela en los penaltis, que tuvieron, como siempre en esas situaciones (como en esta edición ante Suiza Unai Simón y Oyarzabal), dos héroes. Iker Casillas paró dos penas máximas sin querer recurrir a los apuntes: se fio de su intuición más que de lo dijeran los análisis de por dónde tiraba cada rival, y detuvo los de De Rossi y Di Natale. Güiza también falló, con el miedo reflejado en la cara, y Cesc Fábregas anotó el último para liberar a España, que voló a partir de ahí una vez espantados sus fantasmas para convertirse en leyenda.
Euro 2012: España, 4-Italia, 0, final
Ya se habían enfrentado en la primera fase de esa Eurocopa de 2012. Italia y la España de Del Bosque, la campeona del mundo, empataron 1-1 en un encuentro que dejó una foto que dio la vuelta al mundo: la de Iniesta rodeado de rivales, como si se tratara de Oliver Aton en «Campeones», los dibujos con los que el jugador barcelonista creció soñando con que iba a ser futbolista. Con ese precedente tan cercano y después de que España llegara a la final tras eliminar a Portugal en los penaltis con mucho sufrimiento, era difícil prever lo que iba a pasar en el nuevo enfrentamiento con los italianos por el título. Fue el partido perfecto, quizá el mejor en la historia de la selección por todo lo que había en juego. Las piezas encajaron a la perfección: Xavi, dormido gran parte del campeonato, tuvo su mejor actuación en la dirección, escoltado por Xabi Alonso y Busquets y con Piqué y Ramos impecables atrás. Cesc fue indetectable como «falso 9» y marcaron Silva, Jordi Alba, Fernando Torres, que terminaría siendo el máximo goleador, y Mata. Casillas apenas tuvo trabajo, pero dejó un gesto que le agradecieron hasta los italianos. En cuanto se cumplió el tiempo, pidió al árbitro que pitara el final, que no alargara más la agonía del conjunto transalpino con unos minutos de añadido que no iban a llevar a ningún lado.
Euro 2016: España, 0-Italia, 2, octavos de final
En el último partido de la primera fase, España se dejó remontar por Croacia y se condenó a un cruce de octavos de final contra Italia (por el otro lado, le hubiera tocado Portugal). La selección que había sido la envidia de todos los años anteriores estaba en decadencia. Ya confirmó la caída en el Mundial de Brasil 2014, eliminada en la primera fase, y el relevo generacional había comenzado con las bajas de Xavi, Xabi Alonso, Villa, Torres... Con nuevas caras, como la de Morata en ataque, y con De Gea en la portería en lugar de Casillas. El portero del Manchester United sostuvo al equipo nacional gran parte del encuentro. Hasta el minuto 27 no chutó España a puerta y si al descanso se llegó únicamente con el gol de Chiellini fue por las intervenciones del guardameta. Pese a todo, hubo un ataque de orgullo en el tramo final, en el que Aduriz y Piqué pudieron lograr el empate, y a ver qué pasaba entonces. Pero fueron frenados por Buffon y Pellè sentenció en el descuento un encuentro que tuvieron que ganar antes.
La Roja cedía su corona y desde ahí hasta esta Eurocopa de 2021 no volvió a pasar de los octavos en un gran campeonato. Tampoco es que Italia haya brillado los últimos años. Llegan al clásico en condiciones similares.
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