Champions
La charla de Xavi a sus jugadores después de la última derrota del Barcelona ante el Bayern
El prometedor equipo azulgrana se mide a su pesadilla para saber su nivel en el regreso de Lewandowski a Múnich. «No es tan trascendental se gane o se pierda», dice Xavi
En casi todas las pesadillas recientes del Barcelona aparece el Bayern Múnich. Ningún equipo como el alemán ha mostrado al conjunto azulgrana que había dejado de ser uno de los mejores del continente. El 2-8 de 2020 fue el punto máximo, pero el año pasado con un 0-3 en el Camp Nou (sin tiros a puerta de los locales) y 3-0 en Múnich, empezó a cavar la eliminación barcelonista en la fase de grupos, que remató posteriormente el Benfica.
«Técnicamente lo tienen todo, grandes jugadores a nivel técnico y táctico, pero no pueden competir a máxima intensidad en el fútbol de máximo nivel», resumía la situación Müller, uno de los habituales verdugos, que se frotaba las manos y pedía más después de cada gol, también porque sufrió lo contrario contra otro Barcelona, e incluso con Alemania cuando se enfrentaba a la selección española. Quería venganza. La intensidad era la clave y Xavi dice ahora que eso es lo que no se puede negociar: «Tenemos que ganar los duelos».
El conjunto catalán acudió a los partidos del año pasado resignado. Con un «que no duela» más que un «a por el triunfo». Pero dolió. Esta vez algo es diferente, al menos en la previa. «La mentalidad», dice Xavi, que ya estaba en el banquillo en la última derrota. «Tras ese encuentro les dije a los jugadores que esto era el Barça y había que correr y mostrar personalidad en el campo. Creo que hemos cambiado esa mentalidad de salir sin complejos a presionar arriba y a tener el balón, aunque el partido se puede perder», desveló Xavi. Después están los refuerzos. Las palancas han propiciado fichajes que han vuelto a despertar la ilusión en los aficionados, y lo que está sucediendo en el césped lo confirma. Tras el frustrante empate de la primera jornada de Liga contra el Rayo, el Barcelona se ha desatado como un equipo con mucha pegada y cuenta sus partidos por goleadas, de ahí que afronte el encuentro del Bayern con ganas de demostrarse que los miedos han pasado. Puede ser un arma de doble filo, porque si gana o se muestra competitivo, se reafirmará en su idea, pero si vuelven a pasarle por encima pueden llegar las dudas. Xavi rebaja la euforia en ese sentido: «Hay muchas expectativas puestas en nosotros, pero no cambia nada se gane, se empate o se pierda; hay que esperar al final de la temporada. Llegamos en un momento mejor de juego que el año pasado, creo que hemos mejorado y nos vemos capaces de competir. Pero no tiene tanta trascendencia porque esto va a continuar», añade.
Nadie como Lewandowski refleja el cambio del Barça. La insistencia del polaco, el máximo goleador de Europa las últimas temporadas, en dejar un equipo esbelto como el Bayern para fichar por otro en aparente decadencia como el Barça hace indicar que todavía le queda grandiosidad al Camp Nou. El atacante apostó todo por el cambio de aires cuando el traspaso no estaba ni mucho menos asegurado por la complicada situación económica de la entidad barcelonista. Lewandowski ha caído de pie en el grupo, mete goles y tiene ya mando en el vestuario y peso entre los jóvenes, con los que ejerce de maestro. «Es un líder natural», explica Xavi, que ve al jugador «tranquilo, calmado». «Será especial para él y está motivado», cuenta el preparador. En Múnich no le sentó bien a todo el mundo su marcha y sin duda será una jornada diferente para él. También para los defensas del Barça, que no le tendrán que padecer. «Lo sufrimos bastante y ahora tenerlo con nosotros es tremendo», reconoce Araujo.
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