Real Madrid

Mourinho: «Ancelotti es un tío muy majo»

El técnico del Real Madrid dirigirá al equipo en los dos partidos de Liga que quedan: Real Sociedad y Osasuna
El técnico del Real Madrid dirigirá al equipo en los dos partidos de Liga que quedan: Real Sociedad y Osasunalarazon

El ritual ha comenzado. José Mourinho sabía desde hace meses que no seguiría al frente del Real Madrid la próxima temporada, pero después de que Florentino Pérez oficializase el adiós del portugués el pasado lunes en rueda de prensa, el técnico ha comenzado a exprimir sus últimos días en la capital. Ayer, acudió puntual a su cita en las instalaciones del Club Deportivo Canillas para ver entrenar a su hijo pequeño. Pero, ni para él ni para todos los que estaban allí presentes, la de ayer fue una tarde más.

Mourinho se mostró amable, bromista y cercano, e intercambió impresiones con todo el que se acercó a su mesa para saludarle. Una actitud que sorprendió a los padres que se arremolinaron a su alrededor para sacarse una foto con él. La primera y la última, porque, hasta ayer, el técnico no había querido fotografiarse con nadie. «Nunca ha consentido hacerse una foto con nadie, y ahora ya la tengo», comentaba un grupo en las inmediaciones de la cafetería del campo de entrena-miento. De forma exclusiva y a modo de despedida, lo hizo con pequeños y mayores, pero no quiso tener imágenes con chicas. «Con niñas no. Tiene sus motivos», comentó uno de sus acompañantes.

Es inevitable. «Mou» ya ha comenzado a preparar el equipaje y cuenta las horas que le quedan para abandonar Madrid. Mientras presenciaba el entrenamiento de su hijo, al portugués se le presentó una encrucijada: «¿No podemos hacer nada para retenerte?», le preguntaron. El técnico fue claro, bajó la mirada, sonrió con ironía y contestó tajante: «No». Florentino Pérez aseguró el lunes que la razón principal por la que Mourinho abandona el club no es otra que la presión: «Todo el mundo tiene un límite, y esto ha pasado ahora», argumentó el presidente. Sin embargo, ayer, en un ambiente relajado, mientras le daba un trago a su refresco y compartía mesa con su guardaespaldas, el portugués desveló la verdadera razón de su adiós. Ésa que le ha llevado a despedirse del club blanco tres años antes de que venciera su contrato. «Me voy a Londres, donde me quieren», dijo con ironía y sin levantar la vista del suelo. Él nunca ha negado que la capital inglesa es su capricho de recreo y su máxima como profesional, y aunque su llegada al banquillo de Stamford Bridge este verano es un secreto a voces, no deja de impresionar la frialdad con la que Mourinho afronta su inminente y más que confirmada salida del Madrid. En Londres, con el Chelsea, se siente arropado, respaldado y es el ídolo de una afición que sigue coreando su nombre en cada partido. «Si coges un periódico, verás que aquí no me quiere nadie», apostilló.

Si un jeque o un contrato millonario de por medio no lo remedian, su relevo en el banquillo del Santiago Bernabéu será Carlo Ancelotti, el actual técnico del París Saint-Germain. Una opción que no termina de convencer a la afición madridista por el escaso carisma del italiano, pero que Florentino Pérez y, sobre todo, José Mourinho ven más que correcta. «Carlo es un buen tío» aseguró ayer el todavía entrenador del Real Madrid. Y no dudó en repetirlo cuando le insistieron sobre la poca aceptación que el italiano tiene entre los aficionados: «Es un tío muy majo», aseguró «Mou». Nunca se ha querido pronunciar sobre el futuro del club blanco, aunque sí había comentado en varias ocasiones que desea «lo mejor» al Real Madrid. Sobre los rumores que colocan a Ancelotti como su sucesor, aún no conocíamos su opinión. Ayer lo hizo. Entre bromas, sin querer y con la sonrisa pícara que le caracteriza, pero con contundencia. No es rencoroso y lejos queda aquel recado que le envió el italiano en 2009. «Si Mourinho fuera Jesús, yo no sería su apóstol», llegó a decir Ancelotti. Ambos técnicos se conocen dentro del terreno de juego porque la «Champions» cruzó sus caminos, pero ninguno de los dos podía imaginar que el Real Madrid conseguiría unirlos de nuevo. El testigo del portugués podría recogerlo el italiano en apenas dos semanas, pero puede estar tranquilo. Tiene el beneplácito de Mourinho.

Después, el portugués continuó como si nada. No perdió detalle de lo que sucedía en el campo de entrenamiento de su hijo y bromeó con los padres que se acercaron hasta él para «despedirle». Buen humor, un abrazo, un apretón de manos y una foto. Así ha decidido afrontar sus últimos días en la capital José Mourinho.