Deportes

Fútbol

Los secretos de Carlos Soler: la Game Boy, su abuelo y por qué le llaman el chino

Es el futbolista de la selección más en forma. Es imprescindible para el encuentro contra Kosovo en busca del Mundial

Carlos Soler es el diez de España, fundamental para Luis Enrique
Carlos Soler es el diez de España, fundamental para Luis EnriqueAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Cuando Carlos Soler era prebenjamín en el Valencia jugaba como delantero centro y no hacía más que marcar un gol tras otro. «En aquella época era un delantero puro y cuando íbamos a jugar torneos, todos los equipos de Primera División le conocían y ya te preguntaban por él», aseguraba en los medios del Valencia Raúl Martínez su entrenador cuando todo estaba empezando. Está claro que ese instinto goleador lo lleva en la piel y por más que pasen los años o haya retrasado su posición no se le olvida. Ha hecho goles en los tres partidos que ha disputado con el Valencia en LaLiga y en los dos que ha jugado con la selección española. «Me está viniendo todo lo bueno seguido en este inicio de temporada. El fútbol son rachas, he pasado momentos complicados y toca disfrutar», asegura Soler acerca de este momento de inspiración y tras vivir el volcán que es el Valencia. Tira también los penaltis, aprendiendo de Mendieta y de Oyarzabal en la selección. Espera seguir marcando contra Kosovo.

Estuvo en el equipo B que hizo Luis Enrique antes de la Eurocopa por el coronavirus y ahora ha dado el salto. Se dice que los jugadores tienen que romper la puerta a patadas, es decir convenciendo de manera contundente a los entrenadores. Soler ha visto la oportunidad y se está agarrando a ella con los dientes: «El gol depende de todos, pero los que están más cerca de la portería tienen más responsabilidad. En la Eurocopa los interiores llegaron mucho y el gol es una cuestión de tiempo. Soler lo lleva de serie y está en racha. Ha empezado a un nivel muy alto la temporada. Es un medio con buen trato de balón, que tiene buena llegada y además le pega muy bien a balón parado y en los penaltis. Es un jugador muy interesante», confiesa Luis Enrique.

De pequeño destacó siempre, pero el primero que le vio fue su abuelo, que con cinco años quería que jugase al fútbol de verdad, que entrenase con un equipo, pero el niño no lo tenía nada claro. Quería jugar a la pelota sin más: «Mi abuelo siempre me ha acompañado, me llevaba a los entrenamientos. Con cinco años ya me gustaban mucho los videojuegos y me dijo que si me apuntaba a fútbol me regalaba una Game Boy. Me metí casi por eso, porque no me gustaba jugar con otros compañeros, así que en parte esto también es suyo”, reconocía en la Federación Española.

Su abuelo lo vio claro, como después también lo vieron los entrenadores por los que fue pasando mientras iba quemando etapas, cumpliendo años y subiendo en los filiales del Valencia: «Carlos venía de jugar como delantero, pero al tener muchos más registros como jugador pensé que podríamos utilizarlo como falso nueve para darnos superioridad por dentro al venir a recibir entre líneas. Luego fue retrasando su posición a la de media punta y Rubén Mora fue quien lo puso como mediocentro en el Juvenil B. Pienso que todas esas experiencias le han servido para ser un jugador con capacidad para adaptarse a jugar por dentro y por fuera», aseguraba Nico Estévez, que le tuvo en el Infantil.

Soler es el «chino», el mote que le pusieron sus compañeros en las categorías inferiores por sus ojos rasgados. Mora explica por qué le retrasó aún más: «Se juntó una lesión, la de Javi Pérez de Lucía, y veíamos en Carlos que tenía llegada al área, se incorporaba muy bien desde segunda línea y el golpeo con el balón era buenísimo. De 40 pases que hacía, 39 eran buenos. Dominaba el juego y como mediocentro veíamos a un Baraja salvando las distancias. Y salió bien».

Fue el propio Baraja quien le dio un empujón casi definitivo: «Le mandé un mensaje diciéndole que por qué no se atrevía a coger el ‘’8′', que para un mediocentro es fetiche ¡Y se atrevió»!, contaba el ex futbolista, con quien ahora se le compara al jugar ni de delantero ni de medio centro. Y no parar de meter goles.