Selección
Mundial de Qatar 2022: España, un líder y el objetivo de los siete partidos
España comienza a andar en el Mundial contra Costa Rica y contra la maldición de los estrenos en la Copa del Mundo
Hay una idea que se repite constantemente en la concentración de España, la de llegar a los siete partidos. Eso significa alcanzar, por lo menos, las semifinales porque después llegan la final o el partido por el tercer y cuarto puesto.
El mensaje lo lanza Luis Enrique, el seleccionador, cada vez que le preguntan por el objetivo de España en este Mundial. «Nuestro objetivo es estar hasta el final. Si podemos jugar siete partidos por qué nos vamos a conformar. Pero es el objetivo de todas las selecciones. Las 32 selecciones quieren ganar el Mundial», dice antes de enfrentarse a Costa Rica en el partido del estreno del Mundial para España.
«El objetivo es jugar siete partidos. Viví mi debut en un Mundial y no fue como hubiese querido.Vanmos a ir paso a paso y seguro que va a ir bien», aseguraba Azpilicueta el día que le tocaba atender a los medios.
Y el mantra lo repite el capitán, Busquets, antes del estreno de la selección cuando le preguntan si el objetivo de la selección es volver a ganar un Mundial. «Seguro. Sabemos que va a ser difícil, pero ese es nuestro objetivo, jugar siete partidos, lucharlo hasta el final, por qué no ganar. Pero ahora el partido importante es el que tenemos contra Costa Rica», respondía
En el debut, España se enfrenta contra la selección centroamericana y contra la historia. La costumbre de España no pasa por ganar el primer partido de los Mundiales.
En Argentina 78 perdió en el debut contra Austria (2-1) con goles de los históricos Schachner y Krankl para los austriacos y de Dani para España. Y desde entonces sólo ha sido capaz de ganar dos de los partidos de estreno para la selección española. En 2002 contra Eslovenia (3-1) y en 2006 contra Ucrania (4-0).
Lo demás han sido empates o derrotas. En el Mundial de España, en 1982, no pasó del empate contra Honduras (1-1). No fue mejor cuatro años después en México, cuando el árbitro australiano Bambridge y el juez de línea neerlandés Keizer no vieron dentro el remate de Míchel. La Roja, que entonces presumía todavía de furia, perdió 1-0 con golde Sócrates.
En el 90 llegó el empate contra Uruguay con un penalti fallado por Ruben Sosa incluido. Después llegó el «juicio sumarísimo» de los once titulares, que se presentaron ante la prensa como el que va a enfrentarse con un pelotón de fusilamiento. Un empate ante Corea en 1994 precedió a la escandalosa derrota ante Nigeria de la selección de Clemente y de Luis Enrique como jugador en 1998.
«De todos los Mundiales que he jugado en ninguno hemos empezado ganando y ya va siendo hora. Seguro que si ganamos nos va a venir bien para afrontar el grupo con mayor tranquilidad», advierte Busquets.
Él vivió la derrota contra Suiza en 2010, cuando España terminó siendo campeona. Y en 2014, cuando a Roja se estrelló ante los Países Bajos el día que empezaba a defender su título Mundial. Y en 2018 cuando sólo pudo empatar contra Portugal.
Para que eso no suceda, España confía en su único líder, el seleccionador. «El líder de cualquier selección ha de ser el entrenador, porque tiene que tomar las decisiones. Si no, los jugadores ¿de quién se van a fiar, de alguien que tenga dudas? Tengo que decidir quién viene, a qué hora entrenamos, cómo vamos a jugar. Pero tengo que dar poder a los jugadores y darles soluciones para cuando están en el terreno de juego. Anímicamente me encuentro perfecto, encantado de debutar como entrenador en un Mundial. Tuve la suerte de disfrutarlo como jugador. Estoy muy tranquilo y con ganas de disfrutar de una alegría», reconoce el seleccionador.
Entre las decisiones que tiene que tomar el seleccionador está la de mandar a casa a Gayà después de su lesión. Pero da la sensación de que le costó más tomar la decisión que explicarla. «Con otro jugador no hubiera hecho lo mismo. Es la única posición en la que no puedo esperar a nadie porque no hay nadie que pueda jugar de lateral izquierdo, que defienda, que haga de extremo, que ataque la profundidad, que tenga un perfil ofensivo y defensivo», explica. «Si le llega a pasar a un pivote, a un central o a un lateral derecho estaría concentrado aquí. Pero es la posición en la que tengo dos jugadores específicos. No puedo esperar y lo siento en el alma. Tengo que anteponer lo que pienso que tengo que hacer antes de los sentimientos. Ha tenido mala suerte ya en la forma de lesionarse. Se dobla un tobillo haciendo un centro solo», asume el seleccionador. «Era una lesión de diez o quince días y dos de los tres partidos no los podía jugar. Si Jordi Alba se dobla un tobillo jugamos los dos primeros partidos del Mundial sin laterales izquierdos» añade.
Para sustituirlo llegó Balde, que no se ha estrenado aún con la absoluta. Otra de esas decisiones que debe tomar un líder. Todo con la idea de quedarse hasta el último día en Qatar, de jugar los siete partidos que tienen grabados en la cabeza el seleccionador.
España vestirá completamente de rojo
La selección española cambiará su indumentaria y el apodo de la Roja tendrá todo su sentido. Cambiará el pantalón azul por uno rojo para que la vestimenta sea completamente del mismo color. España jugará todo el torneo de esa manera, una idea que gustó a la FIFA, que entiende que un uniforme monocolor es mejor para las transmisiones televisivas. La idea del cambio no ha gustado a Adidas, el patrocinador deportivo de la selección, que había lanzado toda su campaña publicitaria para el Mundial con el clásico pantalón azul. Luis Enrique se muestra encantado con el cambio de uniforme.
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