Barcelona

Rakitic: «Aquí hay que llegar con una sonrisa y salir con otra más grande»

Rakitic: «Aquí hay que llegar con una sonrisa y salir con otra más grande»
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No entiende Rakitic que en el Barcelona pueda haber nadie «amargado»: «Todo lo que tenemos en este club es increíble», dice el centrocampista croata a menos de una semana de la final de Berlín.

Ivan Rakitic tiene una gran cuota de mérito en los triunfos que está consiguiendo el Barça en ésta, su primera temporada en la Ciudad Condal. En concreto, el centrocampista croata tiene un 85% de participación. A menos de una semana de la final de Berlíon, el «4» axulgrana cuenta para FIFA.com sobre el partido, la vida en el Barcelona y su carrera en general.

-Ivan, su castellano es realmente impresionante, ¿cómo hizo para adaptarse tan rápidamente a España y a la Liga?

-Cuando aterricé en Sevilla no tenía ni idea de a dónde llegaba. Había visto el mapa, conocía la historia del equipo, pero desde los primeros días empecé a entender lo que significaba el club y la ciudad. ¡Y eso que no hablaba nada de español! La verdad, no me esperaba adaptarme tan bien y tan rápido. Sobre todo porque en Andalucía hay un acento especial, ¡y recuerdo que hablar con mis compañeros Jesús Navas, Antonio Puerta o Juan Cala era una aventura!

-Tiene orígenes realmente cosmopolitas: de familia croata, nacido en Suiza... ¿Siente que eso le ha ayudado en su camino?

-Mucha gente me ha dicho que los balcánicos tenemos un talento especial de adaptación. ¡Puede ser! En mi caso, creo que tuvo que ver con la gente que me ha rodeado. Haber hecho tan buenos amigos y formar una familia ha sido fundamental.

-Antes de jugar en España, estuvo en el Schalke alemán. Allí su talento no acabó de explotar. ¿Qué fue lo que cambió al llegar a la Liga española?

-Sí, tengo que aceptar que he explotado aquí, pero cada etapa en mi carrera ha sido importante. Todas me permitieron crecer. El estilo de esta Liga me lo puso más fácil, ciertamente. Además coincidió que cuando llegué, tanto a Sevilla como a Barcelona, los dos clubes pasaban por procesos de renovación, lo que me permitió asumir más responsabilidades muy pronto, y eso me dio una enorme confianza.

-El Barcelona es, quizá, el cenit de la carrera de un futbolista, ¿esperaba ser tan importante desde tan pronto en el club?

-Sinceramente, no quería crearme demasiadas expectativas. Mi planteamiento era no soñar, sino vivir mi experiencia aquí. Pero tenía muy claro que la regularidad también se gana. En Sevilla lo jugué todo, muchas veces incluso lesionado, contra la opinión de los médicos, y ésa ha sido mi actitud siempre: apretar los dientes y estar listo en el momento que se me necesite. Para eso trabajo y para eso vivo.

-Cuéntenos un poco de su técnico, Luis Enrique, de quien quizá no se sabe tanto como de otros entrenadores de clubes grandes...

-Es un hombre muy trabajador. No omite ningún detalle y siempre intenta que estemos lo mejor preparados posible. Es de esos entrenadores que saben cómo sacar el mejor rendimiento de cada jugador y eso se transmite de inmediato. Por eso le tenemos tanta confianza y hemos podido estar unidos hasta el final.

-Y en materia futbolística, ¿qué es lo que le ha pedido específicamente a usted en estos meses?

-Para mí, lo primero fue entender que a mi derecha tengo al mejor jugador de la historia (Lionel Messi). Como es tan especial, tiene movimientos diferentes a cualquier otro extremo en el mundo. Además, también tengo a mi lado al mejor lateral, que muchas veces se vuelve otro atacante (Dani Alves). Así que una de mis funciones principales es calibrar la situación para ver qué es lo que se necesita de mí en un momento determinado. Muchas veces se necesita dejar brillar a los otros, y poner tu capacidad a disposición del equipo.

-(De pronto, aparece Xavi, quien saluda a Rakitic) Aprovechando la oportunidad, cuéntenos cómo ha sido jugar al lado de quien quizá haya sido uno de los mejores centrocampistas de la historia...

-¡No quizás! ¡Seguro! (risas). Es impresionante. Ha sido un enorme privilegio aprender de él, pero no sólo en el campo, sino fuera de él: la manera en que se comporta, cómo se prepara... Es un jugador irrepetible, le agradezco muchísimo por todo lo que ha hecho por mí y le deseo lo mejor del mundo.

-En el pasado, se hablaba mucho del centro del campo del Barcelona. Ahora el foco está en el tridente ofensivo, ¿le gustaría que se reconociera más la labor de los centrocampistas?

-Es que es normal. ¡Son buenísimos! Mientras ganemos no hay ningún problema. El club se gastó mucho dinero en tener a los mejores atacantes del mundo, y es natural que la gente hable de ellos. Lo importante es que, cuando ganamos, ganamos juntos, y eso lo entendemos todos perfectamente. Y bueno, si al final se habla también un poco de nosotros, ¡pues mucho mejor! (risas).

-El Barcelona es campeón de Liga y Copa, y jugará en unos días la final de la Liga de Campeones de Europa, pero hubo momentos de vacas flacas, ¿cómo hicieron para mantener la concentración?

-Yo siempre he dicho que al Barça hay que disfrutarlo. Aquí hay que llegar con una sonrisa y salir con una más grande. No puedo entender que aquí haya alguien amargado. Todo lo que tenemos en este club es increíble: los mejores futbolistas del mundo, una afición de primera, instalaciones buenísimas. Las temporadas son largas y es normal que haya altibajos, sobre todo, porque hubo muchos cambios antes de empezar. Era importante mantener la tranquilidad y la confianza, y no es casualidad que hayamos llegado al mejor ritmo al final de la temporada.

-¿Y cómo afronta esa final contra el Juventus en Berlín?

-Sinceramente, con toda tranquilidad. Para eso hemos trabajado. Queremos ganar, conocemos bien a la Juve y la respetamos muchísimo, pero no pasa nada más por nuestra mente que el triunfo. Es una final y somos el Barcelona. ¡No podemos pensar distinto!

-Bueno, ¡pero un poco emocionado debe estar!

-Sí, claro, pero siempre tranquilo. Todo el trabajo que hemos hecho nos permite afrontar la final con mucha calma. Ha salido todo bien hasta ahora y no tiene por qué cambiar. La emoción ya se desbordará con la copa en la mano, antes hay que jugar el partido.