LaLiga
El Rayo Vallecano supera en todo y derrota al Barcelona (2-1), un líder desesperante
La intensidad y las ganas de Rayo fueron superiores a las de un Barcelona muy despistado. Y los goles de Álvaro y Fran García plasmaron esa superioridad
El Barcelona seguramente ganará la Liga, pero está teniendo un final de campeonato que roza la desesperación. Sin otra preocupación que el torneo de la regularidad, no da dos a derechas y en tres de los cuatro últimos partidos ha pinchado, aunque se aprovecha de que también lo está haciendo su gran rival. Contra Rayo el tortazo fue sonado y merecido. El equipo madrileño se llevó el partido con trabajo y merecimiento, porque lo quiso más, y se ha convertido en una especie de pesadilla para los azulgrana, a los que ganan una y otra vez, a veces con consecuencias como el despido de Koeman.
En esta ocasión el Barcelona demostró que es un equipo que sin tensión e intensidad se convierte en uno cualquiera. Como si el tropezón del Real Madrid ante el Girona en lugar de animar a los azulgrana a dar un golpe a la Liga, los conformara. El gol de Álvaro llegó en una jugada mal defendida por el líder, especialmente por Koundé, muy pasivo y que dejó espacio al atacante para que se sacara un gran remate cruzado. La acción la llevó Camello, que no dejó de incordiar, de robar balones y de crear peligro.
No había empezado del todo mal el Barcelona, pero el gol le dejó atolondrado definitivamente. Le costaba unir las líneas, perdía los duelos por esa falta de nervio, e Isi se convertía en el dueño del partido desde la banda derecha rayista, apareciendo por todo el costado y haciendo pasar un mal rato a Balde, que ni defendía bien ni atacaba bien. Ya había avisado el conjunto madrileño en un robo de Trejo a Pedri, que se durmió, aunque Camello no pudo aprovecharlo porque se encontró con Ter Stegen. El Rayo presionaba bien y cortocircuitó al Barcelona. No lograban los de Xavi que los medios aparecieran y combinaran con los atacantes. Pedri y Gavi volvieron a compartir titularidad dos meses después, pero estuvieron nublados. Cuando el canario logró escaparse, pudo filtrar un pase a Lewandowski y que el polaco marcara... Pero partió en fuera de juego. Estaba siendo de nuevo frustrante la actuación de la estrella del Barça, que falló la ocasión que tuvo en posición legal, porque Dimitrievski le cerró el camino. Fue una acción rápida, de las pocas que concedían los chicos de Iraola, que en casi todo momento estuvieron bien colocados. Había pocas noticias también de Raphinha y de Ferran Torres. El juego habitual era el pase directo de Araujo a la nada. Al uruguayo le dejaban que avanzara con la pelota. Ha mejorado mucho en la distribución, pero todavía le cuesta.
No bajó el nivel el Rayo en la vuelta de los vestuarios y la primera llegada volvió a ser suya. El Barcelona se presentó en el césped como si el empate fuera a llegar porque sí, pero lejos de eso, volvió a golpear el conjunto de la franja. Y el origen fue otra acción dividida que se llevó el Rayo. Fran García y De Jong fueron a por un balón que no tenía dueño y se lo llevó el lateral, que se quedó solo delante de Ter Stegen y lo batió.
La reacción de Xavi tenía que llegar. Entraron Ansu Fati y Jordi Alba, y cambió a Balde al costado derecho. También salió Kessié por Pedri, al que se le notó la inactividad. El Rayo pudo hasta meter el tercero en un remate de Camello. Poco a poco se fue metiendo más atrás para defender lo conseguido el equipo local, aunque siguió teniendo presencia en el área de Ter Stegen. Lewandowski acertó por fin al cazar un rechace y sólo entonces el Barcelona pareció activarse y darse cuenta de lo que había en juego. Intentó apretar, pero lo hizo con prisas, mal y tarde. Hubo fiesta en Vallecas.
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