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La chispa de Hazard que ilusiona al madridismo

El mediapunta belga del Real Madrid está más afilado que en los dos veranos anteriores y asegura que ya no juega preocupado por los problemas en el tobillo

Hazard conduce la pelota en el partido entre el Alavés y el Real Madrid
Hazard conduce la pelota en el partido entre el Alavés y el Real MadridAlvaro BarrientosAP

Esta es la tercera temporada de Eden Hazard en el Real Madrid, pero todavía no se ha visto la versión de verdad del futbolista que llegó del Chelsea para coger la bandera que dejó Cristiano Ronaldo. Por eso, cada detalle del belga, por pequeño que sea, ilusiona al madridismo, que ahora ve al mediapunta mucho más enchufado, más fino y con la cabeza limpia. Asegura Eden que las molestias en el tobillo ya no le preocupan, que no juega pensando en que va a romperse, como le sucedía últimamente. Su Eurocopa no fue especialmente buena, pero el arranque de curso con el Real Madrid parece otra cosa.

«Buenas sensaciones para mí y para el equipo. Hemos marcado cuatro goles con buenas sensaciones. Vamos a ganar el máximo número de partidos posibles», decía el belga, que se siente liberado por fin. «Ya está fuera de mi cabeza el tobillo y vamos a darlo todo», insistía en Movistar después de sus brotes verdes en Mendizorroza. Fue él quien descorchó el partido ante el Alavés con un control-taconazo-asistencia que podría parecer involuntario si lo hubiera hecho otro futbolista. Pero en el caso de Hazard es capaz de inventarlo, o lo era cuando peleaba por ser uno de los mejores del mundo.

Lo que quiere Ancelotti es que su futbolista recupere definitivamente la memoria y se convierta en el fichaje estrella sin necesidad de salir al mercado. El técnico lo colocó en el estreno cerca de Benzema, porque hablan el idioma de los futbolistas con talento, para que se moviese por la zona de la mediapunta más que en la banda, un espacio que dejaba para las subidas de Alaba. La puesta en escena del Real Madrid en la segunda parte ayudó a Hazard, que se sintió cómodo en una versión más ofensiva de la que se recuerda en los últimos tiempos de Zidane.

La clave para el despegue será que el cuerpo le aguante y pueda enlazar buenas rachas de partidos sin tener que descansar. En sus dos primeras temporadas de blanco sólo pudo jugar 43 partidos (21+22), dos menos de los 45 que firmó en su último curso con el Chelsea, donde no se le recuerda una lesión grave en siete años.

Para replicar esa inmunidad a los problemas tiene que poner de su parte y ya se nota que su figura después de las vacaciones es mucho más estilizada que en los veranos anteriores. La aceleración en espacios cortos es una de sus virtudes y para eso necesita estar fino. Pintus no acepta atajos en el asunto de la báscula y Ancelotti quiere reclutar al belga para el pelotón de futbolistas que debe ayudar a Benzema en la tarea goleadora. El francés se ha acostumbrado a superar la treintena cada curso, pero necesita socios entre los mediapuntas y los centrocampistas.

«Espero que cambie. Estamos para marcar goles, y más los delanteros. Creo que este año podemos hacer buenas cosas juntos», decía Hazard sobre la solución para la falta de gol del curso pasado. En Vitoria no marcó, pero está claro que los cinco goles que ha anotado en dos temporadas de blanco no le hacen justicia, porque en el Chelsea hacía uno cada tres partidos. Rozó los cien en poco más de 300 choques en el Bridge y algo así espera Ancelotti de una de sus estrellas, Si alguien sabe darle espacio y confianza a sus estrellas es él.

En el barco de los goles quiere subir también a Vinicius, que hizo el cuarto al Alavés con un cabezazo de delantero centro. El entrenador ha hablado con él para orientarlo con sus problemas en el remate. «Los goles se hacen a uno o dos toques. Después de seis o siete es más difícil», le ha dicho a Vini, que ya empieza a aplicar la fórmula.