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El efecto Valverde del Real Madrid

La energía del uruguayo eleva la intensidad del Madrid. «En partidos igualados, el aspecto físico que puedas meter en el centro ayuda mucho», dice Ancelotti. El técnico no va a cambiar de sistema

Fede Valverde, titular en el Real Madrid-Getafe de LaLiga
Fede Valverde, titular en el Real Madrid-Getafe de LaLigaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Aunque muchas veces se critique a un equipo por sus kilómetros recorridos, sumar más que el rival no significa haber controlado el partido ni, por supuesto, ganarlo. Sucede, a veces, que se corre mucho porque se está más desorganizado que el contrario. Por ejemplo, en esta edición de la Champions, en su partido de grupos, en el Bernabéu, el Shakhtar hizo seis kilómetros más que el Madrid y perdió. Y en su campo, sumó cuatro más que el Madrid y se llevó un 0-5. Lo que sí indican los kilómetros es si, en un encuentro igualado, has puesto la misma intensidad que el rival. Contra el PSG, en los dos encuentros, el Real Madrid corrió más que el conjunto francés haciendo, en ambos partidos, según las estadísticas de la UEFA, 105,7 kilómetros.

Pero Ancelotti sabía que el Chelsea le iba a exigir mucha más intensidad, que si quería ganar el encuentro de la ida por talento, tenía que igualar el físico del rival. El Chelsea corrió más: hizo 112,7 kilómetros. El Madrid acabó el choque con 110,5, cinco más que en los dos partidos contra el PSG en octavos. Es decir, se adaptó a lo que pedía el partido sin perder su personalidad.

Es decir, jugó Valverde: «En partidos muy igualados el aspecto físico y la energía que puedes meter en el medio va a ayudar mucho. Tenemos también que considerar que con la calidad técnica de Kroos y Modric, la energía del balón ha sido una llave en el partido contra el Chelsea», explicaba ayer Ancelotti, antes del encuentro de hoy contra el Getafe. «La salida del balón con ellos fue muy buena y hemos encontrado espacios entre líneas. Es verdad que todos destacan el partido de Valverde. Estoy de acuerdo, pero también su frescura ha ayudado a los otros a tener más calidad con el balón», continuaba el entrenador.

En su primera época en el Madrid, Carlo Ancelotti apostaba por el 4-3-3, porque tenía a Cristiano, Bale y Benzema, pero la sensación que daba era que el cuerpo le pedía un centrocampista más, fortalecer esa zona del campo. Por eso, en la final de Lisboa, Khedira, que se había pasado gran parte de la temporada lesionado y que sólo había jugado 122 minutos desde que se recuperó, fue titular. O por eso, Di María, cuyo desgaste en cada partido era memorable, fue tan importante en ese equipo.

Este curso, tras algunos experimentos, Ancelotti comprendió que el 4-3-3 era, otra vez, el molde perfecto para los suyos. Si el Madrid quería ganar, tenía que dejar que sus centrocampistas clásicos se desenvolvieran en su hábitat más habitual. Y la explosión de Vinicius obliga aún más a no cambiar el estilo: «Este es el sistema por las características de los jugadores que tenemos. La posición de los tres medios para este equipo creo que sigue siendo demasiado importante. Hay que considerar también que un jugador como Vinicius, al que le gusta jugar en la banda, un 4-4-2 significa darle más trabajo defensivo», continuaba ayer, de manera didáctica.

Pero el encuentro contra el Chelsea, y más tras la derrota contra el Barcelona y la victoria en Vigo, han mostrado que, a estas alturas de la temporada, el Real Madrid necesita un refuerzo de gasolina para afrontar los rivales que más le exigen. La suma de partidos estresantes no va a parar. Son los números, el GPS y los datos de esprints a alta intensidad que proporciona, los que miden el cansancio de un futbolista. Y esos datos, según Ancelotti, son buenos. «No escucho lo que se dice alrededor y solo miro los datos que tengo del entrenamiento. Nunca lo que he visto me ha preocupado en cuanto al nivel físico», decía ayer Ancelotti. «El equipo está bastante bien y podemos llegar al final de temporada en un buen estado físico. El trabajo que ha hecho el cuerpo médico ha sido óptimo. Lo que se dice alrededor lo dicen personas que no conocen los datos que tenemos, tanto del entrenamiento como de los médicos», continuaba, pero también reconoció que Mendy no se entrenó con normalidad por cansancio y que la recuperación completa iba a llegar tras descansar hoy hasta el choque.

Valverde es una apuesta segura de piernas y con él no se traiciona el dibujo, porque puede ser el tercero en la delantera, pero además, gana consistencia defensiva: «Se puede pensar que Valverde jugó como extremo contra el Chelsea». «Él tenía una posición más posicional, no zonal para evitar que el carrilero fuera atrás», decía Ancelotti. En posición defensiva, era un lateral derecho y Carvajal casi central. Va a ser difícil que, a partir de ahora, Ancelotti renuncie el efecto que le da el uruguayo al equipo para ser más competitivo.