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Fútbol

Real Madrid-Valencia (1-1). El Madrid no duda... en los penaltis

El equipo de Ancelotti llegó a la final de la Supercopa tras un igualado partido contra el Valencia, que se resolvió en la tanda de penaltis

Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria ante el Valencia, al término del partido de semifinales de la Supercopa de España disputado este miércoles en el Estadio Internacional Rey Fahd, en Riad (Arabia Saudí). EFE/Juan Carlos Cárdenas
Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria ante el Valencia, al término del partido de semifinales de la Supercopa de España disputado este miércoles en el Estadio Internacional Rey Fahd, en Riad (Arabia Saudí). EFE/Juan Carlos CárdenasJuan Carlos CárdenasAgencia EFE

Cuando llegaron los penaltis, el Real Madrid lució el arsenal. Puede que no estén en su mejor momento, pero tiene futbolistas con tanta clase y personalidad, que van al precipicio con la tranquilidad de los que se saben ganadores en todos los duelos. Y juegan con la ventaja de que está Courtois en la portería. Dijo Carlo Ancelotti que no entrenaba los penaltis, que ve cómo sus jugadores los lanzan cuando se quedan un rato adespués de los entrenamientos y ahí se hace una idea. Después, en ese momento de los partidos donde tanto importa la falta de miedo, espera que los futbolistas dieran un paso. En Arabia Saudí lo dieron Benzema, Modric, Kroos y Asensio. Puede que no haya cuarteto más fiable para estas lides, ahora que el Real Madrid es poco fiable en otros muchos aspecos cuando el juego está corriendo. Y el Valencia, que había plantado cara todo el partido, tuvo que rendirse y perder. Mamardashvili, el portero valencianista, que tan buen partido había hecho, sobre todo en la primera parte de la prórroga, sólo tocó la pena máximo que tiró Modric, las demás nada. El miedo del portero al penalti, que diría Peter Handke, que se multiplica si enfrente están los jugadores del Real Madrid. Courtois paró uno y asustó con su altura y sus brazos largos, que en ese momento son más largos que nunca en otro. Así pasó el Madrid, lo que puede valer para seguir vivivo, pero no para dejar de hacerse preguntas, porque algo le pasa al grupo campeón.

Está dando vueltas al equipo Carlo Ancelotti, a ver si encuentra otra vez el estado óptimo, el equipo que fluía. Por eso, para encontrar soluciones, dejó a Modric en el banquillo y puso a Camavinga en el campo para acompañar a Kroos y a Valverde. Temía quedarse sin físico al no estar Tchouameni. Pero el centro del campo, que es lo que hacía girar este equipo está pasando por un momento valle. Valverde tardó ochenta minutos en despertar, Camavinga se fue en el descanso preguntándose qué jugador es y dónde tiene que jugar, Kroos lo intentó y Modric, cuando entró en la segunda mitad, estaba tan frío que parecía una versión fake del jugador croata.

Quizá por eso, el gol que abrió el partido, el penalti que marcó Benzema nació en un pase largo de Militao para aprovechar la defensa adelantada del Valencia. El gol fue un resumen del equipo de Ancelotti gran parte del choque. Militao y Benzema, sin necesitar a los otros, que no están para muchas fiestas. La buena noticia del Madrid es que Karim está fino de nuevo y cada vez que toca la pelota se enciende una bombilla de esperanza en un equipo que confía recuperarse con el tiempo. Militao hizo de todo: dar el pase de gol y sostener al resto antes de marearse por el esfuerzo y tener que retirarse del encuentro.

Por suerte para el Madrid fue en la segunda mitad, cuando el Valencia más cansado estaba.

El equipo de Gattuso, que no termina de ser regular esta temporada ni saber qué quiere, compitió al Madrid todos los minutos. Ni el gol en contra le hizo perder el hilo del partido. Con Almeida en el centro del campo, Lino y Cavani arriba y un equipo muy concentrado, no dejó jugar al equipo de Ancelotti. Tampoco es una gran hazaña, porque al campeón de la Supercopa, de LaLiga y de la Champions le cuesta un mundo jugar a algo. Ancelotti, además, de Camavinga, también puso a Rodrygo en el campo, como premio o como recurso. Dio igual, el brasileño pasó por el partido sin hacer ruido. Sólo alguna vez que se asoció con Benzema. Le sustituyó Asensio. Hubo una época no muy lejana en la que ambos peleaban con motivos por ser titulares en ese lado derecho del ataque blanco.

Se puede personalizar, pero la baja forma general del Real Madrid es un síntoma, aunque no está claro todavía de qué. Pero lo que antes era sencilla, ahora es una montaña. Antes defendía bien, ahora le hacen tantos como el del empate. Bien por el Valencia y Lino y mal por Lucas Vázquez, que no estaba para nadie y encima se lesionó. Los laterales son un drama para el conjunto blanco, después de las buenas noticias que han dado durante años. Contra el Valencia acabaron jugando Carvajal y Mendy, que empezaron como suplentes. Así está el asunto en unas zonas que tan importantes son para abrir el juego y hacer el campo más ancho.

No lo consiguió el Madrid, que empezó con fuerza y se fue cayendo, sin muchas ideas acerca de cómo jugar. El partido fue tan igualado que perdió tensión, sobre todo en la segunda mitad, que pasó entre el público divirtiéndose con otras cosas y los dos equipos anulándose, sin nada de gracia o impulso.

Gattuso tardó mucho en hacer los cambios y el cansancio fue el mejor aliado delReal Madrid, que se fue despertando según se acercaba el final, con Benzema siguiendo con su recital de fútbol al primer toque e inteligente. El Valencia dejó de llegar con peligro y se ató a Mamardashvili. En la primera parte de la prórroga, el portero tuvo que lucirse para detener con un parada prodigiosas los mejores chispazos del Real Madrid en el partido. Lo tuvo ahí. No lo ganó y al final, tuvo que aparecer de nuevo Courtois, con una parada al hijo de Rufete, que llevó el partido a los penaltis. Y eso es territorio blanco.