Simeone, una vuelta de tuerca

El técnico rojiblanco apuesta por un Atlético más práctico y solidario para el nuevo año

Simeone se lo pasó en grande. Los cuatro mil aficionados que se dieron cita en la jornada de puertas abiertas en el Vicente Calderón presenciaron cómo el técnico rojiblanco jugaba con uno de sus hijos, firmaba autógrafos, regalaba balones y hasta su sudadera. Era un día feliz para los hinchas del Atlético, especialmente después de la victoria en Las Palmas, y el Cholo fue uno de los que más disfrutó. Correspondió a los gritos de apoyo –él y Fernando Torres fueron los más vitoreados– con aplausos, y se mostró jovial y contento. No le importó hacerle una dura entrada a su vástago porque vivió el entrenamiento con la misma intensidad que vive los partidos.

El Atlético ha empezado el año con buen pie. Hay que recuperar el tiempo perdido en esos dos meses nefastos e irregulares en el juego que descartaron al equipo en la lucha por la Liga y que le tienen fuera de los puestos de la Champions. Ser tercero es una obligación y ése es el reto que tienen Simeone y su plantilla en lo que resta de temporada. La Copa está encarrilada; en la Champions hay opciones ante el Bayer Leverkusen, pero en el campeonato doméstico es donde el Atlético tiene que apretar porque la competencia –Sevilla, Villarreal y Real Sociedad– es grande y ya no valen más despistes.

Para que ello no ocurra y para que el equipo recupere las señas de identidad, Simeone ha dado una vuelta de tuerca a la situación y pretende que el equipo sea más práctico y solidario. Ya se vio en Las Palmas, donde la presión fue más intensa, donde las líneas estuvieron más juntas y donde la presencia de Juanfran como centrocampista por la derecha fue una realidad. Carrasco tendrá que apretar los dientes para volver a la titularidad, porque en Ipurúa, el sábado, jugarán los de Canarias.