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Entrevista

Gonzalo Giner: "El caballo es el animal más bello de la creación"

El autor de "El Sanador de caballos", veterinario de profesión, detalla cómo traslada el mundo animal al universo literario

Gonzalo Giner Chacco Marketing

Gonzalo Giner (Madrid, 1962) es capaz de unir dos mundos aparentemente opuestos y convertirlos en una pasión: la ciencia y el arte, la veterinaria y la literatura. Veterinario de profesión y escritor por vocación, es autor de éxitos como "El sanador de caballos" o "La bruma verde" (Premio Fernando Lara 2020). Giner es uno de los autores que mejor ha sabido trasladar el mundo animal al universo literario.

¿Qué fue primero, la vocación por la veterinaria o la pasión por la escritura?

Con 14 años vi claro que quería ser veterinario y a los 38 empecé a escribir. La veterinaria ocupa una posición preferente en mi vida, pero las letras me han llevado a disfrutar hasta límites inesperados e increíbles.

¿Cuándo decide que quería ser veterinario?

Surgió mientras leía una novela. La literatura me dirigió hacia mi oficio. El libro fue "Todas las criaturas grandes y pequeñas", del veterinario inglés James Herriot. Para los que quieran saber más sobre ese maravilloso título pueden buscar la serie de televisión con el mismo nombre. Seguro que la van a disfrutar y entenderán por qué me empujó a desear mi profesión.

¿Qué fue lo que más le atrajo de la veterinaria?

Trabajar en campo, en contacto con los animales y en plena naturaleza. Pero también el tipo de trabajo; siempre diferente, sin horarios, pero enriquecedor. Otro factor clave es tener el privilegio de conocer a la gente de los pueblos, a los ganaderos. Su tesón, espíritu de sacrificio, trabajo sin fin y nobleza me han ayudado a ser lo que ahora soy.

¿Qué le lleva a unir ambos mundos en sus libros?

Esa unión se produjo a partir de mi novela "El sanador de caballos", al narrar la vida de un veterinario en la Edad Media española. Los caballos, las guerras y la reconquista de los territorios tomados por los musulmanes del norte de África. En ese período, la importancia del caballo fue tal que quien los curaba era considerado un personaje clave en la sociedad.

¿Cómo influye su trabajo como veterinario en su forma de narrar historias?

Influye mucho. Tomo de mis ganaderos detalles que me sirven para crear mis propios personajes y me resulta fácil describir las relaciones hombre-animal llevándolas a lo novelado por ser lo que vivo cada día. Por decirlo de otra manera, no necesito documentar qué siente un caballo o un perro. Por eso, en mis novelas, los animales son también protagonistas y casi siempre de peso.

¿Qué significado tiene para usted el caballo?

El caballo es el animal más completo de la creación; sus proporciones, actitud, estética y tamaño lo convierten en el más hermoso, bajo mi forma de ver. Además, ha sido el animal más versátil. Nos ha transportado, ha sido arma de guerra, trabajó el campo, sirvió de moneda de cambio por parte de la nobleza a los reyes, cuando los segundos no tenían ejército, nos los hemos comido y ahora es terapeuta, deportista o protagonista de los aires más bellos sobre una pista de arena, a veces bailando.

¿Cree que hoy entendemos y valoramos a los caballos como se merecen?

Desde siempre ha sido muy respetado por el hombre, también ahora. Es difícil encontrar a alguien que no le guste o que no se asombre ante su presencia y elegancia. Entenderlos es otra cosa, eso sólo sucede entre los que trabajan con caballos, los montan con regularidad o los curamos.

¿Cómo compagina ahora la veterinaria con la escritura?

Sigo trabajando como veterinario, pero desde hace bastante tiempo me dedico a la nutrición animal para mezclar trabajo con la exigencia y necesidades que demanda la actividad literaria, sobre todo en aquellas épocas de promoción o investigación documental. El ejercicio clínico es mucho más difícil de compatibilizar dada la exclusividad de tiempo que exige.

¿Qué diferencias ve en la profesión veterinaria hoy respecto a cuando comenzó?

Muchísimas. La principal, que se ha feminizado. En la actualidad el 80 por ciento de los estudiantes son mujeres. La formación académica y práctica han mejorado notablemente, como también el acceso a la información técnica y científica. La profesión se ha urbanizado, especializado y sin duda ha mejorado su imagen ante la sociedad.

¿Cómo ve el futuro de la veterinaria en España?

Por un lado veo sombras: me temo que escasearán los profesionales que quieran dedicarse al ganado mayor y habrá menos compañeros independientes. Las grandes empresas están controlando la producción ganadera y contratan sus propios servicios veterinarios. Pero también sé que el ejercicio con nuestras mascotas llevará a un grado de especialización y calidad técnica muy superior, comparable al cien por cien con la que recibimos los humanos de nuestros médicos.

¿Qué proyectos tiene en mente?

Estoy documentando una nueva novela que se alimentará de "El sanador de caballos", sin duda mi novela más conocida en España y en el resto del mundo. Según dicen mis editores la ha podido leer más de un millón y medio de personas, sólo en nuestro país. El proyecto va a ser tan ambicioso como lo fue aquella novela y se moverá en el siglo XIII, sobre todo en la Corona de Aragón. Estoy muy, muy feliz con lo que tengo entre manos...