Atletismo
El Gran Premio de Madrid probará este domingo el nuevo VAR de la marcha
La tecnología permitirá detectar si un marchador levanta los dos pies del suelo
«El ojo humano es muy subjetivo. Actualmente hay un margen de error muy grande porque depende mucho de cada juez y del estilo de cada participante. El sistema de pérdida de contacto que hacemos nosotros es totalmente objetivo y da una cifra concreta: 20 milisegundos, 30 milisegundos… puede haber un cierto margen de error, de acuerdo, pero siempre será mucho menor que el del ojo humano. Es como en el VAR del fútbol: puedes tener la punta de la bota más adelantada y puede generar polémica, sí, pero el VAR siempre será mucho más fiable y preciso que el ojo humano. En la marcha ocurrirá lo mismo», dice Javier Rosell en unas declaraciones difundidas por la organización del Gran Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom que se disputa este domingo 1 de junio.
Rosell es investigador de Ingeniería Biomédica y profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y lidera un equipo de investigadores que lleva más de una década trabajando en el «VAR de la marcha». Años atrás, se utilizó una plantilla inteligente que detectaba si la marcha de algún competidor era irregular. El proyecto duró unos cuatro o cinco años y se frenó por varios motivos, entre ellos la pandemia y la complejidad logística a la hora de introducir plantillas en el calzado de los marchadores. La Federación Internacional de atletismo (World Athletics) dejó de financiar este proyecto y en la Universidad Politécnica de Cataluña empezaron a buscar soluciones alternativas. Una de ellas fue el Race Walking Electronic Control System (RWECS), pero todo el mundo lo conocerá como «el VAR de la marcha». Se trata de una «tecnología objetiva que no dependa del criterio de los jueces. Un sistema más equitativo para los marchadores: es objetivo porque da una cifra de pérdida de contacto de los pies de los marchadores con el suelo; puede tener cierto margen de error, pero siempre será mucho menor que el del ojo humano, con lo cual es muy parecido al VAR que hay en el fútbol», explica Rosell.
Este nuevo dispositivo RWECS es un pequeño aparato basado en una serie de sensores, que pesa menos de 15 gramos, es poco mayor que una moneda de un euro, y se ata a los cordones de las zapatillas. Un dispositivo que, después de haber sido probado en dos competiciones de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) en Barcelona y Tarragona, se va a empezar a implementar a nivel mundial en el Gran Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom, prueba de categoría Gold del World Race Walking Tour (circuito mundial de marcha) que se disputará el próximo domingo 1 de junio en la Gran Vía de la capital española
«En Madrid se hará esta prueba en paralelo con las decisiones de los jueces. No vamos a utilizar los dorsales reales de la gente para no interferir en las decisiones de los jueces oficiales de la carrera, por lo que no podremos transmitir los datos en tiempo real. Luego se hará un informe anónimo para no influir en futuras participaciones de los marchadores en otras competiciones. Es por un tema legal para no influir en lo que pueda pasar en el futuro», ha explicado Rosell en una entrevista al gabinete de comunicación de Madrid Marcha, evento que servirá para seguir consolidando las pruebas de este dispositivo antes de su implementación oficial, que será «en principio en otoño de 2025, pero siempre en paralelo con los jueces».
El investigador de la UPC es firme defensor del uso de la tecnología para evitar los «numerosos errores que se producen actualmente» y las «descalificaciones injustas»; pero también a la inversa, con «atletas que pierden el contacto muchísimo con el suelo y los jueces no lo ven». «La marcha atlética consiste en andar lo más rápido posible sin perder el contacto con el suelo y el sistema actual, con el ojo humano y sin tecnología, es muy impreciso además de injusto. Con esta nueva tecnología, que es más equitativa y objetiva, estaremos en disposición de ofrecer un número que indica el tiempo de pérdida de contacto de los dos pies con el suelo, que normalmente va de 0,002 a 0,004 segundos. Con las cámaras de vídeo se puede ver, pero con el ojo humano resulta totalmente imposible», explica.
Son varias las ventajas que ofrece sobre el sistema de plantillas. «El sistema detecta cuándo la punta del pie deja de tocar el suelo y cuándo el talón impacta con el suelo, que es lo que llamamos ‘tiempo en el aire de cada pie’. A partir de ahí determinamos la pérdida de contacto con el suelo. En definitiva, es un sistema más sencillo de colocar a todo el mundo, electrónicamente también es más simple y tiene un coste menor», explica Javier Rosell. «Lo hemos financiado en la Universidad Politécnica de Cataluña mediante un proyecto de la Agencia Catalana de Investigación y con fondos internos de la propia universidad, pero ahora mismo estamos en negociaciones con World Athletics para ver cómo se implica en el desarrollo definitivo de todo el sistema», añade el investigador, que no puede evitar comparar este nuevo ‘VAR de la marcha’ con el que se viene utilizando en el fútbol desde hace unos años.