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Mireia Belmonte se queda a 23 centésimas de la histórica quinta medalla olímpica

La española peleó con todo en los 400 estilos y terminó cuarta. Hubiera igualado los cinco metales del piragüista David Cal, récord en España

Mireia Belmonte se quedó a una brazada de una medalla histórica en los 400 estilos de los Juegos Olímpicos de Tokio
Mireia Belmonte se quedó a una brazada de una medalla histórica en los 400 estilos de los Juegos Olímpicos de TokioFernando BizerraEFE

“Tal y como ha sido el año vengo a estos Juegos a disfrutar en la piscina”, dijo después de las series de 400 estilos Mireia Belmonte. Tal y como ha sido el año significa que no se ha podido preparar como es habitual por una tendinitis en el hombro, y sin ese trabajo previo es muy complicado llegar en forma. No hay milagros en natación. Pero se le presentó una buena oportunidad a la española en los 400 estilos. Las series las nadó más rápido que nunca desde 2017 y la medalla parecía una posibilidad no tan remota. Difícil, pero no imposible. Las finales en los Juegos Olímpicos de Tokio son por la mañana, lo que es otro factor a tener en cuenta porque no es habitual. Se suele nadar más lento, el cuerpo todavía no está activado. La española lo hizo más rápido que la tarde anterior, 4:35.13, dio todo lo que tenía, el plus habitual, y se quedó a un suspiro del bronce. En concreto, a 23 centésimas de la que hubiera sido una medalla histórica, porque hubiera sido la quinta olímpica en su palmarés, con lo que igualaría al piragüista David Cal, el deportista nacional más laureado en los Juegos.

Mireia Belmonte nadaba en la calle 6, de buen recuerdo para ella. Es la misma en la que conquistó las dos platas en los Juegos de Londres 2012, donde comenzó su cosecha olímpica en el 200 mariposa y el 800 libre (después, en Río, tiene el inolvidable oro en 200 mariposa y el bronce en 400 estilos). Había pedido entrar en una final como objetivo, y ahí lo tenía, con el sueño de poder ir un poco más allá. Se presentó en la piscina con la toalla al cuello como si fuera una bufanda, la mascarilla, las gafas ya puestas y bien ajustadas y los brazos arriba haciendo sus característicos estiramientos. Su gorro era negro con la bandera de España, mismo color que el bañador.

Los típicos golpes para que los músculos estén preparados, y al agua, con la misma táctica de las series. En la mariposa fue conservadora, pero sin dejarse ir. Se mantenía cerca antes del estilo que más le cuesta, la espalda, del que salió sexta. Se había despegado un poco. La japonesa Yu Ohashi estaba lanzada a por el oro (4:32.08 al final) después de unos 100 metros de braza excelentes. La estadounidense Emma Weyant también estaba bien situada para la plata (4:32.76), pero el bronce estaba en el aire con dos veteranas: Mireia Belmonte y Katinka Hosszu. La húngara, defensora del título pero muy lejos de su mejor momento, salió por delante en la braza, pero la española ya había empezado la remontada. Les separaban cinco calles, estaban en la distancia y Mireia comenzó a ganar terreno. Lo mismo que en las series, a Hosszu se le hacía eterna la última piscina. Fue un infierno para ella. El bronce parecía posible, Mireia luchaba por la gloria, pero en la pelea también se coló la otra estadounidense Hali Flickinger que se puso un poco por delante y logró resistir. Por poco, pero resistió ante las últimas embestidas de la cuádruple medallista, que se dejó hasta la última gota de sudor. Los 4:34.90 le valieron a la norteamericana para alcanzar el bronce y dejaron a la catalana rozando la historia. “Ha sido una carrera dura, creo que era una final con bastante competencia y no venía yo aquí con la mejor forma posible. Lo he luchado bastante bien y un cuarto puesto la verdad es que si me lo dicen hace dos meses no me lo podría creer”, confesó Belmonte. Le quedan otras dos pruebas individuales, los 1.500 y los 800, donde la competencia es mayor. Pero ese final tan rápido que ha hecho en crol en los estilos le hace ser algo más optimista.