Sección patrocinada por: sección patrocinada

Balonmano

El bronce de una generación irrepetible de los Hispanos

España ganó a Egipto (33-31) en un partido muy sufrido en la lucha por el tercer puesto en el adiós de Raúl Entrerríos y de media selección

Los Hispanos mantean a Raúl Entrerríos, el gran capitán, que deja el balonmano con una medalla de bronce en los Juegos de Tokio
Los Hispanos mantean a Raúl Entrerríos, el gran capitán, que deja el balonmano con una medalla de bronce en los Juegos de TokioJosé MéndezAgencia EFE

Esta generación de balonmano merecía una medalla olímpica y la ha conseguido. Después de las lágrimas por la derrota ante Dinamarca en semifinales, tocaba reponerse porque Egipto esperaba con un premio suculento. El conjunto africano, entrenado por el español Roberto García Parrondo, es un hueso duro, pero los Hispanos salieron con determinación y otra vez supieron sufrir para vencer (33-31) y que gran parte de sus integrantes tuvieran una despedida por todo lo alto. Porque ha sido bonito mientras ha durado, pero nada es eterno ni dura para siempre. Ni siquiera el capitán Raúl Entrerríos, que alargó su carrera después de que la pandemia retrasara los Juegos de Tokio a 2021. Pero él tenía que estar ahí y llegó por lo que hace, no por lo que es, porque en realidad con sus 40 años sigue dando lecciones sobre una pista de balonmano y en el último baile mostró sus pases a Julen Aginagalde, un bonito gol de vaselina, su decisión a la hora de jugar y un verso final: el último tanto del partido fue suyo. Y junto con él seguramente muchos otros jugadores tampoco vuelven a vestir la camiseta de la selección, o, al menos, seguro que no llegan a la próxima cita olímpica. Viran Morros, lesionado y sufridor desde la grada, tiene 37 años, misma edad que Dani Sarmiento y Antonio García. A los 36 llega Gedeón Guardiola. A los 38 Julen Aginalgalde... Ellos fueron los que tomaron el relevo de los campeones del mundo de 2005, como estos recogieron el testigo de los Dujshebaev, Masip y compañía. Y ahora la rueda tendrá que seguir girando, aunque es complicado porque la crisis dejó muy tocado a este deporte. Los Álex Dujsheabev o Aleix Gómez ya han demostrado que están en la élite, también la portería con Gonzalo Pérez de Vargas y Corrales... Quizá falten jugadores de primera línea. Seguro que el seleccionador, Jordi Ribera, ya está pensando en todo ello. No se le escapa una. El listón está alto porque esta generación fue campeona del mundo en 2013, ha ganado los dos últimos campeonatos de Europa y ha demostrado, sin una figura clara, que el poder del grupo es superior al del individuo. Siempre en semifinales para acabar unas veces primeros, otras segundos, terceros o cuartos. Pero siempre ahí.

La espina clavada eran los Juegos. En los de 2012 Francia se interpuso en su camino en los cuartos con el famoso gol de Accambray pisando. El gran dolor fue quedar fuera de los Juegos de Río 2016 por un mal día en el preolímpico, de ahí que esta cita de Tokio la tuvieran marcada en rojo fuerte. Dinamarca volvió a ser el ogro en semifinales y Egipto vendió su derrota carísima con el talento de jugadores como El Ahmar y Yahia Omar. El encuentro fue al límite, como no puede ser de otra manera con este equipo. La ventaja de tres goles al descanso de España se quedó en nada rápidamente. La segunda parte la comenzó el conjunto nacional con muchas pérdidas y el duelo entró en un toma y daca muy peligroso. Estaban muy listos los chicos de Jordi Ribera para sacar rápido después de sufrir gol, se replegaba lento Egipto y así llegaron varios tantos fáciles. Pero no se despegaba España. Antonio García asumió la responsabilidad en ataque y Hassan Kaddah metía cañonazos a la escuadra que ni se veían u Omar se metía con sus fintas y su bonito balonmano. Tuvo opciones de ponerse por delante Egipto en esos diez minutos definitivos, pero ahí paraba Gonzalo o funcionaba la defensa. En ataque estaban los Hispanos atascados. Tenían un argumento menos por la lesión de Aginalgalde, al que le retorcieron el tobillo en la primera mitad. Marcaba Antonio García (28-27), que menudo partido se marcó en su vuelta al equipo tras estar fuera varios campeonatos, pero empataba Egipto. No había manera de tomar los dos de ventaja. No se podía escapar el bronce y la clave estaba por supuesto en la defensa. Si no se puede atacar bien, hay que remar atrás todos a una. Menuda forma de moverse atrás en los últimos intentos de los africanos, siempre amenazados de pasivo, sin encontrar la manera de armar el brazo. Otro robo y por fin Raúl Entrerríos que marcó territorio con una penetración (29-27). Quedaban tres minutos y dos de ellos iban a ser con uno menos por la exclusión de Gedeón. Marcó Elwakil. A uno. Se entró en un intercambio de goles. España jugó con portería vacía y Álex Dujshebaev tomó el mando. Siempre para él las pelotas delicadas. Menudos dos golazos que logró para mantener la ventaja. Ahí está el futuro, en Álex. El destino quiso que el último gol lo marcara Raúl Entrerríos. Qué mejor forma de despedirse. Pura poesía.

31 - Egipto: Eltayar; Sanad (1), Mamdouh (7), Elmasry (-), Yehia Elderra (2), Hesham (1) y Seif Elderra (-) -equipo inicial- Hendawy (ps), Yahia Omar (6), Wisam Nawar (-), Elwakil (2), Kaddah (4), Elahmar (7, 3p) y Mesilhy (-).

33 - España: Pérez de Vargas; Aleix Gómez (8), Gurbindo (-), Sarmiento (1), Raúl Entrerríos (4), Ángel Fernández (2) y Aginagalde (2) -equipo inicial- Corrales (ps), Maqueda (-), Alex Dujshebaev (5), Figueras (3), Antonio García (6), Gedeón Guardiola (-) y Sánchez-Migallón (2).

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 5-4, 7-7, 11-12, 14-16 y 16-19 (Descanso) 19-21, 22-23, 24-24, 27-27, 28-29 y 31-33 (Final)

Árbitros: Schulze y Tonnies (Alemania). Expulsaron por tres exclusiones al jugador español Gedeón Guardiola (m.57). Además, excluyeron por dos minutos a Sanad y Hesham por Egipto; y a Sánchez-Migallón por España.

Incidencias: Encuentro por la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Tokio disputado en el estadio nacional Yoyogi. Sin público.