Restringido
Keylor cierra el debate
Nuestra Liga es muy competitiva. Triple empate en la cabeza de la tabla: el Real Madrid es líder igualado a puntos con Celta y Barcelona, y por detrás, pisando los talones, Atlético y Villarreal. Muy bonita la pugna en estos ocho primeros partidos del campeonato. Los blancos están en cabeza por la diferencia de goles entre los marcados y los recibidos: el Madrid es el máximo goleador y el que menos encaja. Y dentro de este buen funcionamiento colectivo hay un hombre que está destacando con luz propia: sí, me refiero al guardameta Keylor Navas.
Tres años convulsos
Ante el Levante, Navas dio una exhibición de su gran momento de forma y de las grandes cualidades que atesora para defender el marco del Real Madrid. Atrás quedaron tres años muy convulsos en la portería merengue, primero con la guerra López-Casillas y luego, sin ir más lejos, con el culebrón del pasado 31 de agosto con la posible marcha del costarricense y la llegada del portero del Manchester United, David de Gea.
Un meta imperial
Keylor superó esta circunstancia con personalidad, aplomo y también acabó con el eterno debate de la meta madridista. Lástima que la temporada pasada Carlo Ancelotti le mantuviera tanto tiempo en el ostracismo y que sus apariciones como titular fueran testimoniales. Siempre fui de la opinión de que para conseguir títulos no sólo tienes que ser de los máximos realizadores, también es importante encajar pocos goles y así tener un equilibrio defensa-ataque. Llama la atención que en los últimos 23 años el Real Madrid sólo lograra una vez el trofeo Zamora y esto fue en la 2007-08, siendo Iker Casillas el galardonado. Keylor es un guardameta imperial por su forma de entrenarse y por sus enormes condiciones. Y no le tiembla el pulso para defender una portería tan complicada como la del Santiago Bernabéu. Estamos en buenas manos.
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