Atlético de Madrid
La Liga: Monólogo del Barça
Es el único líder invicto de las grandes ligas y aventaja claramente a sus perseguidores, el sólido Atlético de siempre y un Valencia revitalizado con Marcelino
Es el único líder invicto de las grandes ligas y aventaja claramente a sus perseguidores, el sólido Atlético de siempre y un Valencia revitalizado con Marcelino.
► Barcelona: Dembélé, único contratiempo
Vive el Barcelona en tal estado de felicidad que ni la fatalidad de su fichaje estrella del verano le borra la sonrisa. La mala noticia del triunfo en Anoeta es que Dembélé volvió a lesionarse. «Ruptura fibrilar del semitendinoso del muslo izquierdo», dice el comunicado. Es la misma pierna y la misma zona que le tuvo cuatro meses de baja, pero en el Barcelona matizan: «No hay afectación de la cirugía del bíceps femoral»; y estiman el tiempo de baja en tres o cuatro semanas. Dembélé apenas ha podido jugar 143 minutos en Liga, de un total de 1.710. No ha podido marcar ningún gol y ha dado una asistencia. La confianza de Valverde en él se demuestra en que contra la Real Sociedad lo sacó cuando el equipo tenía que remontar, pero ahora se ve obligado a parar de nuevo.
Pero sin él, que era la esperanza después de la marcha de Neymar (de hecho, costó 105 millones, más variables que pueden llevar la operación a 145), el Barça ha firmado unos números envidiables. Cerró la primera vuelta sin perder un partido y con sólo tres empates. Es la tercera mejor primera parte del campeonato de la historia de la Liga y del club. El récord lo tiene el Barça de Vilanova, que logró 55 puntos. Antes, Guardiola había llegado a los 52. Valverde se ha quedado en 51. Todo empezó con una derrota en la Supercopa contra el Real Madrid, que hacía prever lo peor. Pero a partir de ahí, el despegue. «Hemos ido paso a paso porque en ocasiones, en los vestuarios se cuela el catastrofismo con una derrota. Nosotros nos aislamos del ruido. Mantenernos unidos ha sido fundamental para superar las dificultades del inicio», explicó el entrenador.
La confianza ha hecho que ni perdiendo 2-0 en Anoeta, un campo históricamente maldito para el Barça, pensaran que el triunfo era imposible. Remontaron, como han hecho otras tres veces este curso: contra el Getafe (del 1-0 al 1-2) y contra el Atlético y el Valencia (del 1-0 al 1-1, en ambos casos). Con Messi reinventado por enésima vez y en plan estelar (goles, pases, asistencias...), con la sorpresa de Paulinho (8 tantos) y el despertar de Suárez (8 goles en los últimos seis encuentros), sin miedo a cambiar el clásico 4-3-3 que parecía inamovible en el Barça, con Ter Stegen haciendo paradas que dan puntos, más juntos para ser menos frágiles (sólo nueve dianas encajadas, sólo dos veces le han metido más de un gol, doce jornadas en las que ha dejado su portería a cero), el reto no es sólo mantenerse. «Podemos hacerlo mejor», dice Valverde.
► Atlético: La sobriedad no es suficiente
En el Wanda Metropolitano, el Atlético sigue siendo fiel a su modelo en la «era Simeone». En la primera vuelta de la séptima temporada del argentino en el banquillo, el técnico ha usado 19 alineaciones titulares diferentes. Nada nuevo. Las llegadas en el mercado de invierno de Vitolo y Diego Costa aumentan la competencia en el perseguidor más fiable del Barça. «Lo importante no es la cantidad sino la calidad de los minutos», defiende el entrenador que cuenta con su particular guardia pretoriana. Nueve jugadores son casi fijos (Oblak, Godín, Savic, Saúl, Koke, Gabi, Thomas y Correa) y con ese bloque aparece, a lo lejos, como la única alternativa para Messi y compañía.
El equipo, a nueve puntos del líder, no es el mejor ni el peor en la etapa de Simeone. Tiene nueve puntos menos que en la temporada 2013/2014, la más solvente de todas, y siete más que en la peor, la 2016/17. Al Atlético le penalizan los seis empates, ya que sólo ha sufrido una derrota. Fue el 1-0 en Cornellá ante el Espanyol. La regularidad del equipo la encarna como nadie Jan Oblak. El portero esloveno, que no se ha perdido un minuto en Liga, suma 12 partidos sin encajar un gol y el equipo ganó la mitad de esos encuentros por 1-0. Simeone va más allá y defiende que la fortaleza atrás no es sólo trabajo del portero «sino de todo el colectivo». Sólo el Girona ha logrado hacer más de un gol al equipo rojiblanco.
La fiabilidad defensiva contrasta con los sudores para marcar, de ahí las llegadas de Vitolo y Diego Costa para la segunda mitad de la temporada. Con 28 goles a favor, es el segundo registro más pobre de la «era Simeone». Griezmann y Correa, con cinco tantos cada uno, son sus mejores goleadores del primer tramo de esta Liga, aunque todos los delanteros están con peores cifras que el año pasado.
Para arrancar la segunda vuelta, el equipo disputará tres jornadas seguidas en el Wanda Metropolitano. Las obras en el nuevo estadio obligaron a empezar la temporada lejos de casa y ahora Girona, Las Palmas y Valencia llegan al feudo rojiblanco de manera consecutiva. El equipo de Marcelino deberá mostrar si su candidatura a las posiciones Champions es tan fiable como pareció en la primera vuelta. El Atlético, tan sobrio como de costumbre, esperará el fallo del Barcelona mientras aspira a pelear por la Copa del Rey y a llevarse una alegría en el destierro de la Liga Europa tras el fiasco en Champions.
► Real Madrid: Sin la puntería empezó todo
Con el último milímetro de su camiseta rechazó Asenjo un remate de Cristiano que era gol o gol en otro momento, pero que a día de hoy es una parada imposible del portero. Se ha secado en ataque el Real Madrid y a partir de la falta de puntería todo lo demás se ha ido desmoronando. Mereció ganarle al Valencia en aquel empate en el Bernabéu al comienzo de la primera vuelta con el que empezó todo. Los blancos habían sido mejores y disfrutado de más ocasiones, pero se dejaron la pegada en el vestuario y allí sigue salvo algunas excepciones. El gol siempre ha alegrado la cara de un equipo que no hace mucho ganaba cuando lo merecía y también si la tarde era gris y había que recurrir a un KO fulminante. Los mejores días en lo que va de temporada están asociados a la precisión quirúrgica de otros tiempos ante el portero rival. Anoeta, Dortmund y la goleada en casa ante el Sevilla son tres días de sol radiante en los que el Madrid fue el Madrid contundente de casi siempre. Con puntería, el discurso sale prácticamente de carrerilla, como ante el Borussia cuando Bale transformó la superioridad blanca en un fantástico remate a la escuadra. Ante la Real también acertó el galés junto a Borja Mayoral y frente al Sevilla, el tempranero tanto de Nacho puso cuesta abajo el camino hacia la manita ya en el descanso.
Pero lo normal otras veces, ahora es poco frecuente y por eso la Liga se les ha ido de las manos con más de la mitad de las jornadas todavía por disputar. Tras los 18 primeros partidos (al Madrid le queda el aplazado ante el Leganés por el Mundialito) los de Zidane presentan el peor saldo goleador de las últimas doce temporadas y el 17º en toda su historia en el campeonato. Cristiano es el mejor termómetro para medir el momento anotador del grupo. El año pasado a estas alturas ya había marcado 13 tantos, por los cuatro que acumula ahora en LaLiga. Bale y Benzema acreditan cuatro y dos, respectivamente, ambos ligeramente por debajo a sus estadísticas del curso anterior. «La pelota no quiere entrar», reconocía Zizou tras los 28 remates frente al Villarreal. Muchos puntos se han escapado en días en los que el equipo salía bien, enchufado y con ritmo, perdonaba y después pagaba el esfuerzo. «Si marcas el primero todo es más fácil», se lamentaba el técnico, que no había vivido un momento tan difícil en la Liga desde su llegada. En Copa y Champions sigue vivo y por ahí quiere escribir el futuro.
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