Real Madrid
La puntualidad del Madrid
Como ha sucedido esta temporada en el Calderón o en el Camp Nou, los blancos volvieron a aparecer en plenitud en un día importante para dar un paso hacia los cuartos de la Champions.
Como ha sucedido esta temporada en el Calderón o en el Camp Nou, los blancos volvieron a aparecer en plenitud en un día importante para dar un paso hacia los cuartos de la Champions.
«Metimos mucha intensidad y tuvimos una concentración muy alta», analizaba Zidane después de ganar al Nápoles. El Real Madrid sólo necesita estos dos ingredientes para desplegar todo su talento individual y colectivo. Hay días ordinarios en los que se relaja, juega a ratos o tiene lagunas de concentración, pero hasta ahora, esta temporada casi siempre ha acudido puntualmente a las grandes citas mostrando su cara más saludable. «Ellos han jugado su mejor partido de los últimos tres meses», se lamentaba Sarri, la última víctima de ese Madrid comprometido y decidido a ir en busca de un objetivo concreto. La música de la Champions motiva a los blancos, que se sienten en casa en esta competición, como se pudo comprobar después del gol de Insigne. Fue un puñetazo inesperado después de un buen comienzo, pero el equipo se juntó y remontó con solidez y contundencia. No había tiempo para otra fisura defensiva, ni para los bajones de concentración que el técnico ha lamentado ante rivales de menor calibre. Era un día para estar enchufados y esto es precisamente lo que hizo el Real Madrid, acostumbrado a dar el máximo en los escenarios más lujosos.
Zidane no estaba muy de acuerdo con Sarri en que fuera la actuación más brillante de los suyos en los últimos tiempos y seguramente era porque se acordaba del magnífico partido de sus chicos en el Vicente Calderón. Con Isco de lo más inspirado, los blancos arrasaron en el derbi madrileño, primero llevando la iniciativa y acabando el trabajo al contragolpe con Bale y Cristiano. Era un día clave y allí estuvo el Madrid más «guapo», como también se puso para no salir derrotado del Camp Nou. Tuvo que aparecer Sergio Ramos al final para cabecear el empate, aunque la sensación fue que el líder de la Liga mereció el premio mucho antes. En los dos estadios más complicados se vio a un equipo con carácter y decidido, igual que en la remontada ante el Nápoles. Benzema gritó su gol como nunca y agarró el balón para llevarlo al centro del campo. No era el minuto 90, ni siquiera se habían cumplido los primeros veinte de la eliminatoria.
Para llegar a los octavos de la Champions también tuvo el Madrid que dar la cara en Lisboa ante el Sporting y en el último partido de la primera fase frente a Dortmund. Un día en el que los blancos se pusieron con dos goles de ventaja en el arranque, aunque al final llegó un empate que les daba un segundo puesto de grupo bastante apetecible.
Zidane se queja los días en que el equipo se despista, pero no le molesta del todo. Entiende a sus futbolistas porque él lo ha sido y lo acepta a cambio de que aparezcan todos cuando toca. «Yo también he jugado mal en algunas ocasiones. No se puede estar siempre bien y eso de ganar sin sufrir no existe actualmente en el fútbol», repite el técnico, una ex estrella que sabe cómo tratar perfectamente a los que lo son ahora mismo. Kroos marcó el segundo gol y señaló con el dedo a su técnico, dedicándole el tanto. Luego Zizou explicó que habían hablado sobre esto y confirmó que le permitía jugar en una posición más adelantada porque es lo que le sale naturalmente al alemán. Está en su ADN jugar más cerca del área rival, por mucho que desde que llegó al Madrid se haya acostumbrado a actuar más retrasado. Él ofreció una de sus mejores actuaciones, lo mismo que Modric, Benzema o Cristiano, que no necesitó marcar para firmar una aportación muy completa. Carvajal volvió de la lesión como si nunca se hubiera ido: feroz atrás y contundente arriba en un ida y vuelta agotador. Era un día grande, una noche de traje y corbata. De ésas en las que el Madrid siempre llega puntual a la fiesta.