Real Madrid
El Madrid se gana el futuro contra el Galatasaray (0-1)
El partido contra el equipo turco era definitivo para Zinedine Zidane y también para la fe que se pueda tener en estos jugadores.
El partido contra el equipo turco era definitivo para Zinedine Zidane y también para la fe que se pueda tener en estos jugadores.
Hay vida para Zidane y hay vida para el Real Madrid, aún con muchas cosas que decir en la Champions y durante el resto de la temporada. El partido contra el Galatasaray era definitivo para el francés y también para la fe que se pueda tener en estos jugadores. Se dieron una prórroga. Jugaron bien mucho tiempo, dudaron demasiado atrás y no supo aumentar la ventaja, pero se han ganado el derecho a continuar y a pelear. La Champions tiene pinta de estar solventada, ya como segundos de grupo y todo a favor. Ahora falta mantener las constantes en el día a día, algo que tanto le ha costado a este grupo.
Fue un Madrid que fue mejorando con el paso de los minutos, cada vez con más confianza y superando a un contrario que dio muchos problemas al comienzo del encuentro. Puede ser un golpe de autoestima para el resto de vida que tiene el conjunto blanco.
Y si hay vida, en parte, en gran parte, se debe a Courtois, que ayer llegó al Real Madrid. El portero de verdad, que hace paradas para cambiar la suerte de su equipo e impulsarlo en los momentos decisivos, cuando se está jugando todo y pueden llegar las dudas. Hasta ahora, el belga había sido un portero desconocido, sin errores graves, pero también sin aciertos destacables. No parecía el guardameta que se había marchado a Inglaterra. Puede que el partido contra el Galatasaray haya sido su presentación al madridismo. Ha tardado en llegar, pero si está aquí ya, el Real Madrid ganará en confianza para superar sus lagunas defensivas.
Porque fue dejando buenas pistas el grupo de Zidane, pero también algunas dudas atrás, ésas que le vienen acompañando desde que comenzó el curso. Sobre todo en la primera mitad, el Galatasaray llegó con una facilidad que no se puede permitir en ningún partido. Son esos errores que han condenado al Real Madrid en otros días. Ayer apareció hasta tres veces Courtois para que el equipo se tranquilizara y después se fuese desplegando y dibujando una forma de jugar que puede establecerse a poco que se pongan y Zidane siga apostando por una serie de futbolistas.
Ahora mismo, es complicado imaginar un Real Madrid sin Valverde en el centro del campo. Hasta ahora el uruguayo ha aprovechado las oportunidades que le han dado las lesiones de Kroos o Modric, pero se está ganando el derecho a ser un acompañante fijo de Casemiro y que sean los otros dos los que se turnen. Es una decisión que supone un golpe a la jerarquía de un centro del campo que lleva años al mando del equipo. Es una decisión trascendental que habrá que ver si Zidane toma. Pero Valverde le da un dinamismo y un empuje que ya no todos tienen. El uruguayo confirmó en un partido muy complicado por todo lo que estaba en juego, lo que ya se había visto contra el Granada. Hace muchos kilómetros es una barrera que hay que superar antes de enfrentarse a Casemiro. Y luego tiene buen toque de balón.
Junto a Valverde, la noticia del partido fue Rodrygo. Sin Bale y sin Lucas Vázquez, ambos lesionados, Zidane tenía que elegir al acompañante de Hazard y Benzema, que empiezan a hacer buenas migas, por cierto. Los dos se encontraron varias veces y salieron las mejores jugadas del Madrid. También la del gol. Ellos la hicieron y Kroos, muy predispuesto durante todo el choque, remató. Si los centrocampista se deciden, llegan y tiran, tiene que subir la media goleadora.
Rodrygo, en definitiva, fue el elegido. Pasa de jugar a desaparecer, pero puede que su titularidad en Estambul sea definitiva para instalarse en el primer equipo. Zidane le eligió por delante de Vinicus y Rodrygo tiró del equipo al principio, no descuidó ni un momento sus labores defensivas. Se decía que era un jugador diferente y ya se le empieza a ver.
Le costó al Real Madrid cerrar el partido y eso le hizo vivir con intranquiliad. El cansancio hizo que Zidane quitara a Valverde y eso dio menos peso al centro del campo. No le abandonó el miedo al Madrid porque no marcó y porque aún tiene heridas frescas. Pero hay futuro.
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