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Los amaños del fútbol, en manos de la mafia asiática

La Policía sigue investigando
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La mafia asiática del juego on line desempeñaba un papel fundamental. La trama que ha sido desmantelada en España por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría General de Policía Judicial, era la punta del iceberg, una de las terminales, de un entramado mucho más complejo, destinado a ganar grandes cantidades de dinero con el amaño de partidos de fútbol y que tiene su centro operativo en países orientales.

Como suele ocurrir en otras actividades presuntamente delictivas, el fracaso, aunque sea parcial, de una «operación», activa la mente de los que están detrás del asunto. Dos exjugadores de fútbol, Raúl Bravo y Carlos Aranda, a los que se puede considerar, según fuentes de la investigación, como los «muñidores» de la trampa, habían logrado convencer a algunos directivos y jugadores en activo con el fin de amañar el resultado de un partido de Segunda División de la temporada 2017/18. Se trataba del disputado entre el Huesca y el Nástic de Tarragona. El primer equipo ya había logrado el ascenso a Primera y el segundo precisaba de ganar para salvarse del descenso. Se acordó que el resultado sería de 0-0 en el descanso y 0-1 al final, tal y como ocurrió.

Con esa información era como apostar a «caballo ganador» y, en un partido de esa categoría, donde el nivel medio es de unas 1.000 apuestas, el dinero movido se disparó hasta 14 veces por encima de lo normal. Como el envite se había realizado a través de conocidas casas de apuestas, las alarmas saltaron de inmediato y el asunto quedó rápidamente bloqueado en la mayoría de ellas. Las ganancias que se esperaban obtener se esfumaron en gran parte y el asunto fue puesto en conocimiento de la Justicia por la Federación Española de Fútbol. La UDEV de la Policía Nacional inició las pesquisas.

Fuentes de la investigación han señalado a LA RAZÓN que no tardaron en encontrarse los primeros indicios que condujeron a una serie de directivos y jugadores, entre los que destacaban los dos antes citados. Desde el primer momento, una vez identificados los componentes de la trama, como organizadores o colaboradores necesarios, la UDEV se marcó como objetivo conocer el montante de las ganancias que podían haber obtenido por estos ilícitos penales y de dónde salía el dinero, que se suponía era una gran suma, para organizar las trampas.

Otra evidencia que se encontró al dar los primeros pasos es que los miembros del presunto grupo criminal habían intentado otro amaño, en este caso en un partido de Tercera División. Por lo que fuera, las cosas no fueron como pretendían (a veces en el fútbol se dan imponderables, porque en el campo hay 22 jugadores y tres árbitros), pero los que se habían comprometido a amañar el resultado acordaron que resarcirían a la trama.

Una de las líneas que siguen los investigadores es la de las mafias de juego on line radicadas en Asia. Están menos, o nada, controladas y si se les ofrece un «caballo ganador», en forma de resultado de un partido de fútbol, de tenis, baloncesto u otro deporte, pueden mover millones de dólares en cuestión de horas.

Los agentes creen que Bravo y Aranda mantenían contactos con intermediarios de ese mundo que, (es un asunto que es objeto de las pesquisas) se han podido hacer de oro con el partido jugado esta misma temporada entre el Valladolid y el Valencia en el José Zorrilla y que terminó con victoria visitante por 0-2, merced a dos clamosoros fallos defensivos que han sido visionados, una y otra vez, por los investigadores.¿Dónde se realizaron las apuestas de este partido que no han hecho saltar ninguna alarma, como ocurrió en el Huesca-Nastic? Es complejo de investigar; las miradas, hacia Oriente.Por los nombres de los detenidos, conocidos el martes, pero que la Policía no confirma al estar secretas las actuaciones, se puede concluir hasta donde han llegado, de momento, las pesquisas: los exjugadores Rauúl Bravo y Carlos Aranda; el también ex jugador del Real Valladolid, del que era capitán, Borja Fernandez; Agustin Lasaosa, presidente de la Sociedad Deportiva Huesca, y Juan Carlos Galindo Lanuza, jefe de los servicios medicos del mismo club; y el jugador Íñigo López, central del Dépor y arrestado en La Coruña, pero que el año pasado militó en las filas del club oscense.