Opinión

O el Madrid ficha a troche y moche o lo pasará mal

El Madrid va a tener que tirar de chequera de lo lindo y se va a ver obligado a hacerlo antes de tiempo porque la idea era pasar este verano sin efectuar grandes fichajes

Benzema se despide del Bernabéu
Benzema se despide del BernabéuAFP7 vía Europa PressEuropa Press

El adiós de Karim Benzema, del que algún medio más cercano ya al Barça que al Real Madrid daba como “segura” su continuidad, es el más claro exponente de un final de etapa. La plantilla que se proclamó cinco veces campeona de Europa al nivel de la del superlativo Di Stéfano no da más de sí. Bastante han hecho ya. El que primero puso tierra de por medio fue Cristiano en una equivocación nivel Dios, entre otras razones, porque alguna que otra Champions hubiera levantado de haber optado por quedarse en lugar de oír los cantos de sirena de ese becerro de oro que es una Ley Beckham italiana que está propiciando el sorpasso de la Serie A a la Liga. El segundo en decir "au revoir" fue Ramos, que quizá también se precipitó. Los que para mí son los jugadores más importantes del Madrid de la última década, junto con el infravalorado Casemiro, debían haber pensado que fuera de Chamartín hace mucho frío. Que con todas sus singularidades, incluidos unos sueldos ya sustancialmente por debajo de los clubes-Estado, el Madrid es mucho Madrid. El PSG conforma una gran plantilla, pero no un equipo y por eso le va como le va, y al City, que se ha proclamado irresponsablemente campeón de Europa antes de tiempo, le ha costado más de 2.000 millones y 15 años, los que han pasado desde la irrupción de Abu Dhabi en el capital social, forjar un plantel auténticamente competitivo. Y, de momento, exhibe cero Champions en su sala de trofeos.

El Madrid va a tener que tirar de chequera de lo lindo y se va a ver obligado a hacerlo antes de tiempo porque la idea era pasar este verano sin efectuar grandes fichajes, excepción hecha de Bellingham, para acometer el próximo el de Haaland y tal vez el de Judas Mbappé. Y eso que problemas de financiación no hay: la entidad merengue acumula 400 millones en caja y es triple A, la máxima calificación de las agencias de rating. Vamos, que tiene patrimonio y crédito. Pero la salida del vigente Balón de Oro francés y del cuasiinédito Mariano obligan a amarrar no uno sino dos 9, uno de postín y otro segundón. Candidatos hay para dar y tomar: desde Kane hasta Vlahovic, pasando por el decadente Firmino o la opción de un delantero centro mentiroso que podría ser Mohamed Salah. Lo de ese genial Nkunku que tanto gustaba en la Casa Blanca se antoja misión imposible: tanto los medios británicos como los alemanes dan por hecha la contratación del crack del Red Bull alemán por el Chelsea. Sean cuales sean los ganadores de esta Operación Triunfo, algo está claro, el Madrid va a tener que astillar no menos de 150 millones por los dos atacantes que sucederán al francés y al hispanodominicano.

La gran duda es qué pasará con Modric, que ha recibido una oferta de 120 millones en tres años de Arabia Saudí. Su idea era aceptarla, entre otros muchos motivos porque lo de calentar banquillo, como le ha ocurrido esta temporada, no va con él. La cúpula blanca le ha rogado que se quede hasta que se estrene el estadio en Navidad. Veremos cómo acaba el culebrón. Lo cual no quita para que haya que hacer virtud de la necesidad de traer ya un 10, un organizador, un gran mariscal de campo. Bellingham no lo es stricto sensu y Tchouaméni ha acreditado tan escasa capacidad de adaptación al nivel top del todavía campeón de Europa como escaso tino en su vida personal, que en el fondo son vasos comunicantes.

Lo de Kroos también hay que mirarlo bien. No se irá este julio, pero muy probablemente sí el siguiente. Como buen alemán es cerebral, rebosa sentido común y quiere dejar el fútbol por la puerta grande y no teniéndose que arrastrar para engordar una cuenta ya de por sí mullidita. Conclusión: hace falta otro centrocampista como el comer. Por no hablar del recambio de Vinicius y Rodrygo en la delantera tras la espantada de Asensio o de la obligación de rellenar los agujeros existentes en los laterales y más tras la casi segura marcha del gran Nacho. En fin, que el estío en Chamartín va a ser tan movidito como en Génova 13. Y del tino en las contrataciones dependerá el futuro de un club que contempla, impotente, cómo los grandes del continente se pasan los límites salariales por el arco del triunfo.