Los favoritos

Mikel Landa, la Vuelta del dinosaurio

Cerca de cumplir 35 años, Mikel se ve con posibilidades de subir al podio. «Ganar son palabras mayores», dice

LISBOA, 15/08/2024.- El ciclista Mikel Landa, del Lidl-Trek, durante la presentación de los equipos que van a correr La Vuelta a España 2024, hoy jueves en Lisboa. EFE/Javier Lizón
Presentación equipos La Vuelta 2024Javier LizónAgencia EFE

Mikel Landa está cerca de cumplir los 35 años, pero hasta el año pasado le costaba sentirse a gusto en la Vuelta. Nunca se había acercado al podio y medía sus apariciones en la carrera española en abandonos y decepciones. Hasta que en el verano de 2023 se enganchó a una escapada que marcó el destino de la carrera camino de Javalambre. Después de aquello nadie pudo apartar a Sepp Kuss del primer puesto, aunque durante los dos días siguientes cediera el maillot rojo a Lenny Martínez.

Landa también se arrimó aquel día a los primeros puestos y fue uno de los pocos que consiguió aguantar el ritmo al tridente del entonces Jumbo Visma que formaban Kuss, que acabó ganando la carrera, Roglic y Vingegaard. Landa terminó quinto y por fin pudo disfrutar de una Vuelta entre los mejores. «Es una carrera que he estado muchos años sin correr», dice, Desapareció en 2015, cuando ayudó a ganarla a Fabio Aru, y no regresó hasta 2021. «Pero cuando la he vuelto a correr me ha gustado y me gustaría hacerlo bien como he hecho en el Giro y en el Tour», reconoce.

Ahora que se hace mayor y que no tiene la presión de antes, Mikel está ofreciendo su mejor rendimiento. En 2022 fue tercero en el Giro; el año pasado, quinto en la Vuelta y este verano ha repetido esa quinta plaza en el Tour. Incluso ofreció un gran rendimiento en la contrarreloj final de la carrera francesa, una especialidad que siempre le ha dado bastante alergia al corredor alavés, un ciclista al que siempre le ha gustado más fiarse de sus sensaciones que de la ciencia. Esa contrarreloj de Niza fue, posiblemente, la mejor de su carrera. Es posible. Me salió muy bien. Tenía buenas sensaciones, no había casi llano, iba bien al final del Tour y todo acompañó», asume. En Francia no descartaba hacer un buen papel. «Llevaba una buena preparación con un buen equipo. No me sorprendió», reconoce. Y en la Vuelta espera poder hacer algo parecido. «Noto que toda la gente desea que vaya bien, que espera que tenga la misma forma que en el Tour. Llego con ganas, no sé cómo estoy físicamente después del Tour. Cuesta recuperar, pero espero hacer una gran Vuelta», admite.

«Iba al Tour a ayudar a Remco y luego iba a tener mi oportunidad. Llego con los deberes hechos», dice. En la Vuelta no tiene a ningún jefe por delante y llega a divertirse y a disfrutar. «Estoy viejo, soy un T-Rex ya, a ver si tengo fuerza», dice entre risas. No es que Landa se sienta ya un dinosaurio, es que su equipo, el Soudal Quick-Step, ha cambiado su denominación para la Vuelta. Ahora es el T-Rex Quick-Step y luce un dinosaurio en el uniforme. El mismo dinosaurio que acompañaba a Mikel en tres dimensiones mientras atendía a la prensa. «Estoy feliz con el nuevo logo. Es un maillot diferente, pero bonito», afirma.

Mikel ya no siente el peso del ciclismo español sobre su espalda. Han aparecido nuevos corredores que ya han rendido bien en las grandes vueltas, como Ayuso, ausente en la Vuelta, y Carlos Rodríguez. Pero se siente con la confianza suficiente para luchar por el podio, que sería el primero para él en la Vuelta. «Me gustaría estar cerca del podio y pelear alguna etapa», admite. Y si tiene que elegir alguna: «Me gusta la de Picón Blanco por la cercanía a casa. La de Lagos es especial. Y Ancares».

¿Ganar la Vuelta? «Son palabras mayores. Ya llevo una grande en las piernas y a ver cómo responde el cuerpo, si estoy como en el Tour podría ser», dice. Sin Pogacar, Vingegaard ni Evenepoel, la carrera se abre. «No hay un favorito claro, salvo Roglic, que ha ganado tres Los demás estamos muy parejos», reconoce.