Pilotos
De chicanes y neumáticos
La vuelta al trazado de F-1 y el rendimiento de los Michelin marcan la carrera en Montmeló
La vuelta al trazado de F-1 y el rendimiento de los Michelin marcan la carrera en Montmeló.
Dos más dos no son cuatro este año en MotoGP. Al añadirle a la ecuación el rendimiento de los neumáticos Michelin, el resultado es impredecible, a lo que se une en Montmeló los dos cambios de trazado de este fin de semana. El viernes, la última parte del circuito constaba de una chicane creada especialmente para no pasar por la curva en la que perdió la vida Salom y no utilizar tampoco la que se usa en la Fórmula Uno. Lo que parecía la solución se convirtió en un problema por el distinto tipo de asfalto y los baches, que hacían más peligrosa la variante, según Rossi, como pilotar en un parking. Los pilotos se negaron a pasar por ahí, así que ayer se buscó la «pole» reactivando nuevamente las dos curvas por las que van los coches de F-1, el mal menor a la espera de una solución permanente para 2018.
De todo este lío de la chicane fue Pedrosa el que salió mejor parado, al conseguir su segunda «pole» de la temporada y tener un ritmo suficiente para ser favorito en la carrera. También acabó con una sonrisa Jorge Lorenzo, que se estrenará en primera línea con la Ducati. A los dos les sentó bien la vuelta a la chicane de F-1, al mismo tiempo que también les dio resultado positivo la otra parte de la ecuación: los Michelin. Sus motos se comportan bien este fin de semana con los compuestos que ha puesto en juego la marca francesa en Montmeló y que tienen un protagonismo decisivo en lo que va de temporada.
Y si no, que se lo digan a Viñales, líder del Mundial que ayer tuvo que sudar lo suyo en la Q1 para estar entre los más rápidos en la Q2. Ya se quejó en Jerez de la imprevisibilidad de las gomas galas y también lo hizo el viernes, porque con ninguna de las opciones ha encontrado buenas sensaciones. No tiene agarre de ninguna manera: «Hemos cambiado la moto de arriba abajo y nada», confesaba, convencido de que en la lotería de los Michelin le va a tocar perder esta vez. Sale noveno, con la única buena noticia de que Márquez, el hombre al que más teme, tampoco está de fiesta.
Se cayó cuatro veces ayer, buscando el límite de una moto que sigue sin ser de su gusto y con la que está firmando su peor arranque de curso desde que llegó a MotoGP. Ya suma dos ceros y sólo ha ganado una vez. Nunca acumulaba tan pocos puntos después de seis carreras (68) y sólo en 2015, el único año en el que no ha sido campeón, estaba más lejos del líder (-49 entonces y -37 ahora).
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