El largo reinado de Márquez

Cheste- Es imposible predecir el futuro, pero cuando el talento y la genialidad son tan evidentes, resulta más fácil adivinar el porvenir. Márquez se convirtió el domingo en el piloto más joven en conquistar un título en la categoría reina, y, aunque Freddy Spencer decía estar feliz de haber perdido este récord, la galería de nombres ilustres del motociclismo ya puede ponerse a temblar.

Marc ha ganado tres mundiales en los últimos cuatro años y es un huracán que se lleva todo a su paso. Sólo tiene 20 años y 268 días, pilota una de las cuatro mejores motos de la parrilla y, si como «rookie» ha sido el mejor, todo es posible. La «era Márquez» en MotoGP ha comenzado. «Está claro que el año que viene tendré que decir que voy a por el título, no me queda otra», bromeaba ante la pregunta de «¿y ahora qué?». Este curso era, supuestamente, el del aprendizaje y las lesiones, pero ha acabado en posesión del número uno, un dorsal que no va a cambiar por el 93 en su carenado.

Sin experiencia, ya ha derrotado en la pista a Rossi, Lorenzo y Pedrosa, que tienen el calendario en contra. Siendo el más joven de la parrilla, los ha mirado a los ojos para superarlos casi siempre.

Con la prudencia obligatoria al hablar de un deporte en el que el se corren riesgos, Marc dispone de más de diez años para poner en apuros los 8 títulos de Agostini, los 7 de «Il dottore» o los 5 de Mike Doohan en las motos grandes. Resulta complicado ver a Valentino como un problema para que Márquez aumente pronto su cuenta de coronas, mientras que Jorge y Dani son la única esperanza de aquellos que quieren mantener sus récords. Detrás de ellos aparece la figura de Pol Espargaró campeón de Moto2 y el mayor problema que se encontró Marc en la categoría intermedia. Yamaha lo ha reclutado como el mejor «anti-Márquez». Los japoneses saben que el dominador del próximo decenio está enfrente.

Sin Stoner, retirado por sus ganas de disfrutar de otro tipo de vida, el círculo se cierra aquí de momento. El reinado de Marc ha comenzado antes de lo que hasta él mismo pensaba y nadie duda de que será largo y prolífico. «¿Cuál va a ser el próximo récord?», le preguntaron todavía empapado en champán. Él vaciló y dijo no saberlo, pero seguro que en su cabeza ya está instalado el siguiente objetivo. Es un alumno aplicado, que antes de Laguna Seca estudió en vídeo el adelantamiento de Rossi por la tierra en el «sacacorchos». Tras Jerez admitió haber revisado el toque entre el italiano y Gibernau en la última curva y a Cheste llegó con la lección del título que perdió «Vale» en 2006 bien aprendida. Nada es casualidad, por eso su «dictadura» va para largo.