Valencia
Siete días sin moto
Márquez no ha pilotado en toda la semana para llegar con ganas, y sin lesiones, al duelo con Dovi. «Si me pasa algo, me matan», dice.
Márquez no ha pilotado en toda la semana para llegar con ganas, y sin lesiones, al duelo con Dovi. «Si me pasa algo, me matan», dice.
Márquez no ha tocado una moto en los últimos siete días por dos razones: quería llegar a Valencia con todas las ganas acumuladas de pilotar y, además, necesitaba hacerlo entero. «Tenía que evitar riesgos, si me pasaba algo, me mataban», confirmaba con una sonrisa que no le ha abandonado a pesar de que es el que más tiene que perder de los dos candidatos al título de MotoGP. El que ve más cerca el objetivo siente más presión, mientras que el que debe escalar una montaña enorme para ganar el campeonato aparece con la tranquilidad del que ya no puede estropear nada.
La temporada de Dovi no la imaginaba ni él en sus mejores sueños, pero ahí está, en Cheste, apurando sus opciones. «Estoy sereno, tranquilo», definió nada más llegar al circuito. Debe remontar 21 puntos, lo que le obliga a ganar la carrera y a que Márquez cruce la línea de meta más allá del undécimo lugar. O sea, una carambola casi imposible... aunque esto es deporte. «No quiero caer en la tentación de pensar que ya está hecho, como me dice la gente. El deporte y la vida son muy caprichosos y pueden pasar muchas cosas en cualquier momento. No quiero relajarme ni bajar un punto mi intensidad. Voy a ser fiel al estilo que he tenido hasta ahora», anuncia Márquez. Precisamente este modo de afrontar las carreras es una de las esperanzas del italiano. «Marc es Marc. Lo conocemos. Hace lo que se le pasa por la mente en cada momento. Cuando ve que puede hacer ciertas cosas, le cuesta limitarse, con lo que el error siempre puede llegar». El problema para Dovizioso es que el «93» ha entendido que un título es más importante que cualquier victoria y después de Australia comprendió que tendría que jugar con la calculadora. Por eso aseguró el cuarto puesto en Malasia, para tener una bola de partido bastante sencilla.
Según Marc, lo mejor para un fin de semana diferente es hacer lo mismo de siempre. «Lo ideal es seguir con la normalidad. He hecho las mismas entrevistas y los mismos eventos. Hay gente que cuando se juega un Mundial quiere estar encerrado y no salir de su «motorhome». Al final esto te crea una situación de anormalidad que no es buena», confirma.
La misión es aparentemente pan comido para él: salir a pista y terminar entre los once primeros. «La estrategia dependerá de si Dovi está para ganar o no», apunta Marc. El italiano recuerda que sólo su rival lo puede perder, por mucho que él triunfe en un circuito que no se adapta bien a su moto. Márquez está muy acostumbrado a estos duelos sobre el precipicio, mientras que su rival sólo se jugó un título de 250cc en Valencia en 2006. Y lo perdió ante Lorenzo, su aliado ahora.
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