El manacorense derrota a Bellucci (6-4 y 6-1) en Río en su primer partido en 2015 sobre su superficie favorita

El brasileño Thomaz Bellucci no es un buen cliente para una primera ronda. Es un jugador irregular, pero con calidad y capaz de darte un susto. Sin ir más lejos, fue el héroe de su equipo en la eliminatoria de Copa Davis que mandó a España a la Segunda División de la competición. Claro que allí no estaba Nadal, el rey de la tierra batida, que precisamente busca recuperar sensaciones sobre esta superficie y empezó a hacerlo contra Bellucci. Con algunas dudas iniciales, incapaz de mantener los «breaks» que lograba ante el brasileño, que le igualó el partido hasta dos veces tras ir por detrás, y mejorado al final, el español, número tres del mundo, se marchó de la pista central con buenas sensaciones y con victoria (6-4 y 6-1). La tercera ruptura en el primer set ya fue demasiado para Bellucci, que entró en barrena. Enfadado, comenzó a jugar a disparos, fueran donde fueran, mientras Rafa se ordenó y comenzó a encontrar las bolas saltarinas que tan peligroso le hacen sobre polvo de ladrillo.

Empezó 40-0 el segundo set el jugador local y pensó que el juego estaba hecho. Un error. Ya se sabe que el rival que tiene enfrente suele disputar cada punto independientemente del otro, y punto a punto remontó hasta hacer el cuarto «break» del partido. Fue demasiado para su rival, sometido desde ahí y amenazado con acabar a cero en su casillero. Le entraba un golpe ganador de cada muchos y Nadal tenía tanta seguridad que tiró de repertorio: a su poderosa derecha unió algún revés interesante, una dejada y varias carreras para recuperar esas pelotas que parecen imposibles, para demostrar que está bien de piernas. No sólo llegó, sino que las puso con «maldad» en el otro lado. El español se puso 4-0 y sólo un juego más logró sumar Bellucci, resignado a su suerte y que sufrió seis «breaks» por tres servicios sacados adelante.

Después de bailar en el carnaval de Río el día anterior, Rafa demostró que no está para fiestas. Tras no empezar muy bien el curso en el Abierto de Australia, la tierra puede ser su reconstituyente como le ha pasado en otras ocasiones. El triunfo de ayer es sólo un pequeño paso. Lo celebró con un leve apretón de su puño derecho. Ahora más que nunca Nadal se apunta al «cholismo»: partido a partido. El próximo le enfrentará al español Pablo Carreño.

Resultados: Nadal a Bellucci (Bra), 6-4 y 6-1; Pablo Cuevas (Uru, 6) derrotó a Almagro, 4-6, 6-3 y 6-4; Ferrer a Gimeno-Traver (6-4 y 6-3); Klizan (Esq, 8) a Lajovic (Ser), 6-4, 0-6 y 6-4; Delbonis (Arg) a Schwartzman (Arg), 6-7 (8/10), 7-6 (8/6), 2-1 y retirada; Rola (Esl) a Mayer (Arg, 5), 4-6, 7-6 (7/3), 4-1 y retirada; Souza (Bra) a Argüello (Arg), 6-2 y 6-1; Mónaco (Arg) a Giraldo (Col, 7), 6-3, 3-0 y retirada; Andújar a Lorenzi (Ita), 3-6, 6-0 y 6-3; Fognini (Ita, 4) a Vesely (Rch), 1-6, 7-6 (9/7) y 6-1.