Tour de Francia

Ciclismo

Nairo Quintana ya está libre para soñar en amarillo

Con la caída y los cuatro minutos que Landa pierde en la general, el colombiano vuelve a tener licencia para liderar por última vez al Movistar en el Tour antes de emprender la marcha al Arkea-Samsic francés

Nairo Quintana, durante la undécima etapa del Tour
Nairo Quintana, durante la undécima etapa del Tourlarazon

No todos en el equipo Movistar vivían cabizbajos tras la etapa del pasado lunes con el incidente que ha mandado al traste todas las esperanzas de Mikel Landa para este Tour. Claro que no siempre se pueden expresar ciertos sentimientos. No por ahora. Es lo que le pasa a Nairo Quintana. Que desde el lunes vive más tranquilo, que el día de descanso posterior ya le designaron como único líder del equipo telefónico y que ahora sí, por fin, ya no tiene que compartir nada con nadie. Respira aliviado.

El sueño amarillo en el que el colombiano se embarcó después de debutar con podio en el Tour del 2013 se estaba convirtiendo en pesadilla. Primero, Eusebio Unzue decidió llevarle al Giro antes que apostar por la ronda gala. Después, diversos errores en la preparación mermaron sus participaciones. Cuando parecía haber aprendido de esos fallos, el Movistar fichó a Mikel Landa, la gran esperanza del ciclismo español para volver a conquistar el Tour. Y se sintió desplazado.

El Tour del pasado año lo evidenció todo. La guerra abierta. En éste la lucha de egos seguía latente, en una calma tensa. «La carretera decidirá quién es el líder», no se cansaban de decir desde el equipo. El asfalto y la caída de Landa el lunes lo han designado al colombiano, a la fuerza, como la gran baza del Movistar para conquistar el Tour.

Será su último acto de servicio al equipo español. Después de ocho temporadas vestido de azul, Quintana emprenderá camino al Arkea-Samsic francés en un contrato ya firmado pero aún no oficial por las próximas tres temporadas y a donde se llevará a su hermano Dayer y a su amigo y leal compañero Winner Anacona.

Antes de eso quiere ganar el Tour. Y todo a su alrededor indica que está ante la mejor ocasión de su vida. Con una crono, la del sábado, de tan solo 27 kilómetros, «donde cederé algo pero espero que sea lo menos posible», y todas las montañas de gran altitud que le benefician por delante para remontar. «Estoy ante una gran oportunidad», dijo ayer, antes de tomar la salida en la undécima etapa del Tour que acabó con victoria de Caleb Ewan y en la que se vio frenado por un enganchón en los últimos kilómetros que pronto, tanto él como todo su equipo lograron solventar sin problemas.

Sabe que tiene al Movistar a su alrededor. Entregados a él por última vez. «Tenemos que correr en base a lo que haga el Ineos para montar nuestra estrategia. Alejandro estará apoyándome y con Mikel en las subidas largas será de gran ayuda», lanza. «Tendré total libertad. Lo que no sé es qué podré desarrollar».